La Tragedia de los Andes




En el año 1972, un avión de la Fuerza Aérea uruguaya se estrelló en medio de la cordillera de los Andes y milagrosamente 16 jóvenes salvaron sus vidas luego de sobrevivir 72 días aislados en la nieve. Gran parte de los pasajeros eran integrantes de un equipo de primera división de rugby amateur.

En total eran 46 los ocupantes del avión, pereciendo la mayoría de ellos.
Luego de muchos días de sobrevolar la zona, las patrullas de rescate dieron por finalizada la búsqueda y el avión fue dado por desaparecido.

Percibiendo que las posibilidades de que los encontraran eran escasas, dos de ellos decidieron aventurarse y caminaron diez días hasta encontrar cerca del valle de los Maitenes, del lado chileno, a una persona que les prestó ayuda, logrando salvar de ese modo al resto de los sobrevivientes.
A pesar de haber transcurrido 36 años desde la tragedia que se cobró tantas vidas, el mundo todavía recuerda y se conmueve por las características del suceso.

Esta historia trascendió las fronteras y se difundió con lujo de detalles a todo el mundo por dos razones esenciales. La primera es la cantidad de días sobrevividos en la nieve sin recursos y la segunda es la difícil e inédita forma de supervivencia que ese grupo de gente joven implementó para sobrevivir.

Contra todo condicionamiento cultural, y adoptando una actitud religiosa que los salvó, procedieron a organizarse como un equipo y encarar el hecho de alimentarse con los restos de las personas fallecidas, algunas de ellas familiares de los sobrevivientes.

Esa respuesta desesperada frente a una situación de vida o muerte, demostró una vez más que el ser humano puede trascender su condicionamiento para conservarse vivo.

Como todo hecho trágico, esta circunstancia atrae la atención del morbo colectivo que se deleita con los detalles escabrosos del tema en cuestión, por lo que esta noticia permanecerá viva por muchos años.