Un cuento para pensar - "Infidelidad"



Si pudiera volver atrás en el tiempo no habría atendido esa llamada, no habría coqueteado con ese hombre, no habría aceptado ir a cenar con él, ni tampoco habríamos terminado los dos en una cama de ese lujoso hotel del centro.

Pero todavía es imposible regresar en el tiempo y tampoco se puede evitar registrar los errores en la conciencia.

Si tan sólo pudiera cambiar el día de ayer, todavía podría salvar una relación muy importante de mi vida, pero un mecanismo perverso me llevó a contarle a mi marido anoche, que desde hace un año, dos veces por semana, me acuesto con otro hombre, mientras él se desloma trabajando para mi.

Me pregunto si fue vanidad, estupidez o el orgullo de sentirme aún una mujer deseada o tal vez la secreta intención de saber si todavía a él algo le intereso, pero hubiera sido mejor callar porque la culpable traición ya terminó y él hasta ayer no supo nada.

Hoy, después de un mal momento que todavía me avergüenza, se fue dando un portazo; y yo me quedé aqui, viendo por la ventana como se perdía su auto en la neblina de esta tarde gris que parece querer llorar por nuestro amor que ya terminó.

Tal vez mañana me llame o tal vez yo lo llame para pedirle perdón, no lo se, porque ahora yo también quiero llorar su amor.

El sonido del teléfono interrumpió mi llanto y lo atendí. Era una voz desconocida de mujer que no preguntó por mi sino por él.

Me dijo que era la amante de mi marido desde hace años y que tenía una hija que era de ambos, que cumplía el próximo sábado los quince años.