El Arte de la Adivinación



Estoy segura que si me compro una bola de cristal y hago la suficiente publicidad sobre mis cualidades adivinatorias puedo hacer una gran fortuna.

Porque a la gente le gusta que le adivinen el futuro y le encanta las soluciones mágicas.

Pero en realidad, no saben que todos podemos adivinar el futuro de las personas si sabemos cómo viven y lo que hacen; sólo hace falta prestar la suficiente atención, aplicar la ley de causa y efecto y sacar conclusiones.

Porque los errores en esta vida no se pagan en el más allá sino que exigen un resarcimiento al contado en el aquí y ahora.

Si fuéramos más observadores podríamos ver como cada persona que conocemos se cava su propia fosa, o sea, se introduce voluntariamente consciente o inconscientemente en situaciones irreversibles que sólo le traerán sufrimiento.

Esas personas tienen una tendencia que los lleva a ser infelices siempre, eligiendo siempre lo que no les conviene o lo que no es para ellos.

Luego proyectan sus frustraciones quejándose de la crueldad de esta vida, de la incomprensión de sus padres, del desamor de su marido o esposa, de su origen humilde, de su falta de oportunidades, o de los gobiernos corruptos.

Alguien dijo, a mi juicio con razón, que todo accidente es deliberado, todo encuentro una cita y toda muerte un suicidio; y es verdad, porque la conducta de toda persona parece dirigirse ciegamente o no, hacia un objetivo deliberado, por una motivación personal que a veces suele ser inconsciente.

Si nos tomamos el trabajo de analizar a fondo las causas de un accidente podremos comprobar que se trató de una negligencia o falla humana, por error o por falta de responsabilidad y hasta que fue un acto voluntario.

Las causas profundas de un accidente pueden sorprender a los mismos accidentados, que siempre buscan excusas para proyectar en otros las culpas. Porque no saben que no se trata de administrar culpas sino de ser más conscientes de lo que hacen.

Es difícil entender desde este punto de vista el condicionamiento que sufren las personas que han nacido en un medio que no les permite posibilidades de desarrollo, que indudablemente tienen pocas posibilidades en su futuro, sin embargo hay personas que han trascendidos también estas limitaciones.

El escritor argentino Enrique Medina, autor de “Las Tumbas”, relata sus experiencias en un instituto correccional de menores y cómo fue su vida en un reformatorio.

A pesar de las penurias, las frustraciones y el sufrimiento, él logró reaccionar positivamente y forjarse desde la nada un destino como escritor.

El médico psiquiatra Viktor Frankl, (1905-1997), fue hecho prisionero junto a su flamante esposa y sus padres en un campo de concentración nazi durante tres años, siendo el único en permanecer con vida al terminar la guerra.

Esta devastadora experiencia le sirvió para escribir el libro “El Hombre en Busca de Significado”. En este libro propone la hipótesis de que el hombre es capaz de sobrevivir aún en las peores condiciones si encuentra una razón para vivir; y elabora una teoría “La Logoterapia” la cual se considera la tercera escuela vienesa de Psicoterapia, después de las teorías de Freud y Adler.

El problema del hombre no es lo que le pasa sino cómo vive lo que le pasa y en función de cómo es y qué hace en la vida así será su destino.