Padres de Hijos Adolescentes



En estos tiempos, ser padres de niños chicos es difícil y más difícil aún cuando sus hijos ya son adolescentes.

Cuando los hijos cumplen 18 años adquieren derechos cívicos y también el derecho de salir con más libertad; y en ese momento los padres tienen que aprender a rezar.

Los padres no pueden prohibir las salidas a los hijos mayores de 18 años, pero sí tienen el derecho de hacer que cumplan con su rol familiar, mientras vivan con ellos.

Lo que los padres no pueden permitir nunca es tener un adolescente en casa sin hacer nada. Por eso, su hijo deberá cumplir con su rol y tomar una decisión: estudiar una carrera larga o corta según su perfil y su interés personal, que le permita capacitarse adecuadamente para el trabajo que le gusta; o en caso contrario deberá buscarse un trabajo de inmediato.

Lo que no podrá hacer, será mantenerse ocioso en casa para que sus padres lo mantengan indefinidamente hasta que él decida qué va a hacer con su vida.

Si los padres deciden aceptar que no trabaje ni estudie y además lo ayudan con dinero para sus salidas, se arriesgarán a tener a su hijo en casa para siempre y además a tener muchos problemas.

Una persona ociosa crea malos hábitos y es probable que socialice con gente que hace lo mismo. Si es un hombre llevará a mujeres a su casa y su habitación se convertirá en un hotel alojamiento y sus padres no podrán evitarlo sin ocasionar un escándalo; y si es una mujer, podría llegar a hacer lo mismo.

Puede que haya padres que no quieran desprenderse de sus hijos, porque ayudar para que un hijo crezca y se desarrolle para que pueda hacer su propia vida, significa que un día, no tan lejano, se vaya de la casa y forme su propio hogar; y muchos padres no están dispuestos a hacer ese duelo por el hijo que creen perdido.

Pero la decisión de quedarse con los hijos produce conflictos en los padres y problemas con los hermanos, aún más difíciles de resolver que la posibilidad de dejarles plena libertad para hacer sus vidas.

Hoy en día, por lo general, ambos padres trabajan a la par, no es lógico que en la familia haya alguien que vegeta, no cumpla con su rol y no participe en el hogar con su esfuerzo solidario como corresponde, si es que quiere bien a su familia.

La mayoría de los estudiantes de las Universidades oficiales, que son las más exigentes, trabajan horarios completos, otros, medio día; y sólo unos pocos se dedican exclusivamente a sus estudios.

A veces estudiar como dedicación exclusiva no significa que un alumno vaya a tener un mejor rendimiento, por el contrario, si trabaja medio turno en una actividad relacionada con sus estudios puede facilitarle el aprendizaje y mejorar en gran medida su eficiencia, incorporando experiencia, que para un futuro profesional es lo más importante a la hora de buscar un trabajo.

Es importante que los padres cumplan con su rol de orientadores de sus hijos adolescentes cuando ya tienen 18 años y al mismo tiempo sepan ponerle límites en el hogar.
A esa edad, ya no se puede educar a un hijo, ni inculcarle valores, ni tampoco custodiarlo día y noche, porque esa oportunidad ya ha pasado y ya no se puede volver atrás.

Los padres deben contribuir a su orientación vocacional señalándole sus habilidades específicas y brindándole la posibilidad de informarse convenientemente de todas las posibilidades de estudio o de trabajo que tiene y alentarlo manifestándoles sus propias expectativas.

Nuevas reglas deberán regir en el hogar y los padres tendrán la función de establecerlas y hacerlas cumplir, de acuerdo a lo que estén dispuestos a aceptar en su casa, según su forma de vida y sus valores.