La Separación de la pareja



Una separación matrimonial o de pareja siempre es muy traumática, salvo cuando dos personas terminan siendo lo suficientemente indiferentes como para poder mantener un vínculo amistoso luego de separarse.

Un problema que surge inmediatamente es el de establecerse en forma independiente y resolver las dificultades que surjan para que cada uno pueda comenzar su nueva vida.

Casi todas las separaciones suelen ser cruentas y costosas. Ambos tendrán que elaborar un duelo por su matrimonio que aunque ha fracasado se ha perdido.

Quedarán resentimientos, frustraciones, deseos de venganza, intolerancia, y hasta celos de los terceros, si es que los hubiera.

Los cónyuges que pasaron largos años construyendo un hogar, teniendo hijos, reuniendo miles de objetos que formaron parte de su vida cotidiana, pasarán también mucho tiempo para llegar a un acuerdo sobre esas pertenencias y peleándose por la tenencia de los hijos.

El padre que no se queda con los hijos tiene derecho a visitarlos y estar con ellos. Muchas veces esta condición no les permite ser parte de la vida de los hijos, porque no es lo mismo vivir lo cotidiano que los fines de semana o las vacaciones; y esta discusión se mantiene en toda oportunidad en que la pareja se encuentra, provocando situaciones de tirantez y peleas permanentes.

Cuando la separación ha sido difícil, cada uno continúa, después de haberse separado, reavivando antiguos enconos que tuvieron su origen durante el matrimonio y se fueron agravando durante el divorcio.

Las dos partes lejos de querer colaborar para solucionar problemas parecen estar buscando una venganza recíproca con cada encuentro.

Este estado de cosas hace sentir a los hijos culpables de las discusiones y son el motivo de sus atrasos en la escuela.

Los niños no pueden aprender porque emocionalmente están perturbados por el comportamiento de sus padres, que lejos de mantener una relación pacífica se complacen en mortificarse mutuamente cada vez que se cruzan sus caminos.

Es bueno pensar, en estos casos en que lo cortés no quita lo valiente. Un estado de ánimo predispuesto al diálogo y al acuerdo puede mejorar las relaciones recíprocas en forma inmediata y también la situación de los hijos, ahorrar el dinero que se cobran los abogados con cada demanda, los honorarios de los psicólogos y tener todos una mejor calidad de vida.

Siempre el que ha sido abandonado es el que obviamente refleja un mayor resentimiento; y en general representa la parte que más se perjudica y la que más daño emocional sufre.

Sin embargo, aunque resulte difícil, siempre es mejor enfrentar los hechos con dignidad para poder seguir adelante y no quedar pegado a una situación que difícilmente tenga retorno.

La vida comienza todos los días y a veces una situación inesperada, aunque pueda resultar difícil de aceptar, es una maravillosa oportunidad para ser verdaderamente más felices.

A veces, lo que se está defendiendo es el orgullo herido que enceguece y no permite ver las posibilidades que puede ofrecer un nuevo futuro.