Mito y Religión



El culto a los dioses del Olimpo le ha dado forma a la religión occidental que se basa en que el mundo existe con sus maravillas y sus miserias.

Los dioses griegos simbolizan los distintos aspectos del cosmos y no se trata de una cuestión de fe en los dioses sino en lo que representan.

Hades no es un dios en el que hay que creer sino que es la muerte que indudablemente existe, Afrodita es la sexualidad que es sagrada, Hermes es el comercio que también es sagrado.

El hombre piadoso era el que reconocía el orden de lo sagrado en su vida cotidiana y lo divino formaba parte del mundo, que para los griegos era una experiencia más, porque sus vidas estaban inundadas de religiosidad.

Por esta razón la palabra ateo en griego antiguo significaba quedar abandonado de las potencias divinas, dejados de la mano de los dioses.

La religión greco romana consideraba la realidad como la manifestación de un principio divino, Ares era la valentía guerrera, Atenea la prudencia, el liderazgo o poder era Zeus, Poseidón era el mar, Baco el vino.

Los dioses participaban activamente en la vida cotidiana y el hombre les agradecía con sacrificios.

El templo era el lugar en que los dioses se manifestaban y las fiestas las oportunidades para contactarse con ellos.

Los dioses griegos no son producto de la imaginación colectiva, no eran ni inventados, ni ideados, ni representados, sino solamente vivenciados.

El mito es el relato y el ritual es el culto para vivenciar lo sagrado; y la religión griega impregna toda la cultura.

En toda cultura antigua la religión es el medio de transmitir los valores trascendentes y el vehículo es el mito que actúa como paradigma.

La experiencia de lo sagrado muestra la realidad de los valores absolutos para guiar al hombre y darle sentido a su existencia.

De esta forma el mito tiene una función cosmológica, sociológica y ética.

El mito transmite modelos ejemplares revividos por medio del ritual, lo que el hombre correcto debe hacer en el mundo, idea que comparten todas las religiones.

El mito no tiene un creador, tiene un carácter colectivo que se remonta desde el origen de los tiempos y que se transmite oralmente y cada intérprete le infunde su estilo sin perder la esencia. Es alegórico y sus imágenes representan potencias cósmicas.

Resumiendo, lo que transmite la mitología griego y romana es un universo de arquetipos sin espacio ni tiempo.

Los mitos siempre hablan de algo que es probable haya ocurrido alguna vez históricamente, relacionado con los problemas fundamentales de la existencia humana.