La Fama es puro cuento




Ser famoso en una sociedad alienante llena de gente anónima puede ser la esperanza de muchos que sienten que sus vidas sólo pueden tener sentido cuando los reconoce el público en la calle.

Pero, sin embargo, una vez que alguien ha conseguido trepar la escarpada cuesta del éxito y son famosos, se quejan del precio de la fama; y éstos que han logrado alcanzar un lugar prominente, sea cual fuere el ámbito donde lo han conseguido, deportes, espectáculos, música, cine, etc.; sueñan con ser nuevamente anónimos.

La fama abre muchas puertas pero cierra otras y puede llegar a coartar la libertad individual y de la familia.

Las personas célebres del mundo del espectáculo tienen que pagar servicios de seguridad que les cuestan cientos de miles de dólares al año, y así y todo tienen siempre el riesgo de encontrarse con algún fanático delirante armado, que sin poder evitarlo pueda quitarles la vida.

Así le pasó a John Lennon, a John Kennedy, a Luther King, a Gandhi, y a muchos que aportaron su inteligencia o su capacidad artística para el bien público.

La mayoría tiende a endiosar a los famosos, porque han sabido destacarse entre todos haciendo lo que hacen, pero esas personas nos sorprenden cuando nos cuentan sus vidas.

Por lo general se han esforzado mucho pero también han sabido aprovechar las oportunidades que se les presentaron, muchas veces aparentemente azarosas y singulares y hasta casi difíciles de creer.

Es cierto que tanto los famosos como los ricos suelen heredar las condiciones para obtener lo que desean, cuando sus antecesores fueron también figuras representativas o millonarias.

Pero también está el factor “ángel”, el hado que interviene para entrecruzar los caminos de las personas que necesitan conocerse para lograr sus objetivos.

Puede que no sea el hado y que sea el pensamiento, la idea, la visualización precisa de lo deseado, unida a la sensación de felicidad de haberlo logrado, lo que atraiga el acontecimiento o los contactos indispensables para llevar a cabo el proyecto de celebridad, pero estas dos posibilidades son construcciones mentales inexplicables que pertenecen al ámbito de lo desconocido.

Lo cierto es que las personas que han tenido éxito en algún aspecto de la realidad suelen verse como seres diferentes.

Desde mi punto de vista son los que se han arriesgado a ser ellos mismos y desarrollaron sus habilidades específicas dejando de lado todo lo demás y a veces a costa de grandes sacrificios

Eso lo podemos hacer todos, si estuviéramos convencidos que somos los artífices de nuestros destinos y si estuviéramos dispuestos a hacer lo mismo.

Pero no todos quieren ser famosos, muchos pueden ser muy felices siendo lo que son, simples desconocidos, seres anónimos para la mayoría pero que logran lo que es más difícil para los exitosos, ser importantes para alguien.