Cómo ser un buen empresario




El estilo de liderar una empresa tiene una gran importancia tanto en el ambiente de trabajo, como en la forma de trabajar y en las ganancias.

El estilo más eficaz para liderar una empresa es no tener un estilo sino actuar según lo requieran las circunstancias.

El estilo más ineficaz que existe es el autoritario, que es cuando la toma de decisión es estrictamente vertical y los subalternos pierden el sentido de iniciativa y de responsabilidad; y se afecta su motivación, porque sienten que no son reconocidas como personas capaces; aunque en emergencias, alguna vez pueda ser utilizado y dar resultados.

Otra forma de dirigir una empresa es mediante la planificación estratégica que suele ser muy motivadora y ofrece una gran libertad para actuar e innovar; y si a esto se agrega el estilo de dirección que prioriza a las personas sobre los objetivos, puede lograr una gran lealtad y promover la flexibilidad y la creatividad.

Los empresarios muy exigentes sólo pueden tener éxito cuando sus empleados son tan competentes como él y tienen motivaciones propias.

Un tipo de empresariado centrado en la formación y capacitación de los empleados y no tanto en los resultados, puede ser operativo en determinadas circunstancias, principalmente cuando las características de la empresa no necesite cumplir plazos y desee invertir en su capital humano.

Pero lo más difícil de todo en la dirección de una empresa es la forma de dirigirse a uno mismo, siendo empresario, porque será necesario aprender a confiar en los demás, ya que la mayoría de las tareas dependen del trabajo de otros que a su vez también están condicionados por otros factores ajenos a ellos.

Nadie es perfecto y todos cometemos errores, de modo que es importante ser muy exigente con uno mismo en la actividad empresarial y reconocer que en última instancia la responsabilidad de los resultados finales será siempre nuestra.

Para no caer en estas imperfecciones es importante tener en cuenta algunas tácticas que pueden resultarnos útiles si somos empresarios.

Hay que aprender a ser tolerante y tener paciencia, virtud que pocos poseen pero que significa equilibrio y que todos respetan.

Es importante tener una fuente de inspiración y tener la humildad suficiente como para creer que siempre puede haber alguien que piense mejor que nosotros. Por esta razón, saber escuchar consejos suele ser saludable a la hora de tomar decisiones ya que hace más transparente la gestión permitiendo que otros nos evalúen.

Fuente:Revista Inteligencia Emocional, No.4, "Líderes y Liderazgo"