Tener Miedo




El miedo esclaviza, porque vivir con miedo, además de dominar la vida la hace miserable.

En las profundidades de nuestros miedos se encuentra la culpa, una culpa ignorada, inconsciente, algo que creímos que hicimos, pensamos, dijimos u omitimos que censuramos nosotros mismos con nuestro propio código de valores.

Por eso a veces necesitamos reconciliarnos con las personas significativas, antes de que dejen de existir, para evitar recordarlas con temor, pensando irracionalmente que tal vez, ahora que están muertas puedan tener más poder que antes sobre nosotros.

Los muertos ya no pueden hacer daños materiales porque sus cuerpos ya no existen, sólo uno mismo puede afectar su alma si guarda un sentimiento de culpa.

Si una persona cree firmemente que el universo es caótico puede tener miedo y con razón. Pero vivimos en un universo que es tan racional como nosotros y las leyes de la física funcionan, por lo tanto tenemos que tener cuidado, pero no miedo.

Los miedosos se aferran al principio de incertidumbre, pero también ese principio tiene sus leyes.

La teoría del caos es también una teoría del orden, una forma de orden que parece caótica.

Al mirar la vida con miedo se vive aterrado de lo que pudiera acontecer, se fantasea con realidades que pueden ocurrir y que probablemente no ocurrirán nunca.

El miedo que impide vivir normalmente está indicando que hay algo que anda mal en uno mismo.

Lo más importante es saber cuáles son estos miedos y dónde surgieron.

Pero también hay miedos encubiertos, esos que se tapan con conductas evitativas con otras excusas.

Muchos miedos encubren otros temores más perturbadores, como el famoso caso del pequeño Hans, paciente de Freud, que sentía terror por los caballos.

El psicoanálisis reveló que lo que verdaderamente temía Hans era que su padre lo castigara con la castración por la atracción sexual que sentía por su madre.

Hans desplazó ese miedo hacia el caballo y de este modo evitaba su verdadero temor y podía amar a su padre.

Sin embargo, los conductistas consideran a los miedos como un comportamiento aprendido, o sea, un condicionamiento.

Ellos sostienen que se aprende a evitar los miedos o a huir del objeto que nos atemoriza.

Pero estas dos formas de comportarse con los miedos no nos liberan de él sino que solamente los mantiene latentes esclavizando al sujeto.

Existen técnicas conductistas efectivas para liberarse de los miedos, con el riesgo de que éstos podrían llegar a volver ante cualquier situación de estrés que los actualice.

El miedo irracional lo experimenté en carne propia. Hace muchos años tuve un ataque de pánico mientras me trasladaba en tren desde Bahía Blanca a Buenos Aires. Ni bien salió el tren de la estación pensé que si deseaba bajarme no podría hacerlo hasta llegar y eso provocó en mí un terror indescriptible, el miedo a estar atrapada y no poder salir del tren.

En esa época estaba enfrentando una situación familiar difícil. Mi madre estaba enferma y yo estaba a cargo de su cuidado, sin ninguna posibilidad de transferir a ninguna otra persona la responsabilidad que yo tenía con ella. Mi miedo se basaba en ese otro miedo, de tener que asumir la responsabilidad de su cuidado y permanecer atrapada en esa tarea.

Después de ese episodio, nunca más tuve otro ataque de pánico pero en su lugar tenía miedo de tener otro ataque de pánico, además no podía circular con el auto por una autopista porque me sentía encerrada, evitaba los viajes largos de cualquier tipo, y no podía asistir a espectáculos con mucha gente.

Tuve que hacer psicoterapia, porque yo sabía que los miedos siguen aumentando y hasta pueden terminar llevando a una persona a permanecer encerrado e inmóvil.

Esa terapia me enseñó a enfrentar mis miedos haciendo precisamente lo que temía y en poco tiempo, fui venciendo la lucha que tenía con todos mis miedos.

Pero recién me curé por completo cuando dejé de luchar y me entregué.

El problema del miedo es el control, el miedo a perder el control, de manera que abandonando el control, entregándose, rindiéndose y no resistiéndose a lo que Es, es el mejor modo de que los miedos desaparezcan de raíz.

Porque tenemos la ilusión de poder controlar la realidad y sólo cuando nos damos cuenta que esto sólo es una ilusión, podemos soltar el control y ser una persona nueva.