Mi Compromiso de este Año con la Dieta




Hacer dieta no debería ser una conducta circunstancial que nos obliga a privarnos de todo durante un determinado lapso de tiempo, cuando no podemos aceptar la figura que nos devuelve el espejo o no nos cierra el pantalón; sino una actitud permanente, una cuestión de conducta, aprendiendo a comer con moderación, de todo, pero poco.

Empezar el año nos motiva a empezar una dieta. ¿Por qué no? No se trata de perder muchos kilos sino de proponerse deshacerse de ese exceso que ya se ha instalado y que cuesta eliminar de una vez por todas y para siempre.

Tampoco significa que el propósito sea parecerse a otros, envidiados por su delgadez, como los ídolos de la televisión o las modelos, que se desviven por su cuerpo, sino intentar ser la mejor expresión de uno mismo, tratando de estar lo mejor posible y poder lucir un cuerpo armónico, con las limitaciones que todos tenemos, de acuerdo a la edad y a la constitución física de cada uno.

Me propongo hoy, cinco de enero de 2010, mantener una conducta moderada para comer, limitarme a no consumir más alimentos de los que necesito para vivir, evitar los excesos y mantenerme firme en circunstancias festivas donde abunde la comida y el alcohol, sin abandonar mi vaso de gaseosa dietética; manteniéndolo siempre lleno para calmar la ansiedad, cuando la tentación se empeñe en quebrar mi férrea decisión, ni sentirme desdichada o enfadada por no poder engullir libremente todo lo que se encuentra a mi alcance.

El compromiso con otros nos obliga doblemente a cumplir con nuestros propósitos, por eso, hoy decido comprometerme con mis amigos de este blog a bajar este año los cuatro kilos que me sobran y mantenerme en mi peso deseado, para liberarme por fin, de la temida imagen distorsionada que me devuelve el espejo.

Cada kilo que baje o que suba quedará registrado religiosamente en este blog durante todo el año y por supuesto los invito a todos ustedes a hacer lo mismo.

Si no se registraran variaciones simplemente no tendremos que decir nada, ya que nuestro silencio será más elocuente que las palabras y que cualquier excusa.

Prometo no mentir ni falsear datos porque sería engañarme a mi misma y eso sería peor que estar gorda.