El Amor inconstante



Me escriben jóvenes de ambos sexos que están viviendo momentos difíciles con sus parejas y que quieren tomar una decisión con respecto a su continuidad o disolución, pero que tienen dudas, se sienten bloqueados y no pueden decidirse.



Este tipo de decisiones es difícil porque significa hacer el duelo por algunos años de felicidad, tener que separarse de alguien que a pesar de todo no le es indiferente, cambiar de status, o sea dejar de ser alguien que estaba en pareja y que tiene que continuar su vida solo o sola con todo lo que ello significa, no solo emocionalmente sino también económicamente, y principalmente lidiar con un sentimiento de fracaso que es lo que más molesta.



Toda toma de decisión exige un cambio: elegir una opción, renunciando a todas las demás opciones que existen, hacer el duelo por lo que se sacrifica, enfrentar el miedo a lo desconocido abandonando la seguridad de lo conocido y a veces hasta cambiar de forma de vida.



Cuando una pareja termina sufren todos, los mismos protagonistas, los hijos, si los hubiere, los familiares, los amigos, etc.



¿Por qué entonces se separa una pareja?, porque la mayoría es inconstante, necesitan novedades, sentir mariposas en el estómago nuevamente como a los quince años cuando los tomaban de la mano; porque no se aguantan las respectivas formas de ser; porque los dos están luchando por el poder; porque están aburridos; porque tienen otra mujer u otro hombre que los está esperando; porque no se conocían bien; por celos, por incompatibilidad de caracteres, por crueldad mental o física, etc.



Muchas de estas parejas no están seguras de su decisión, como una joven que me escribió recientemente, por ejemplo, que aún estando en crisis con su pareja decidió embarazarse porque ella quería tener un hijo, sin pensar lo que sentirá ese hijo cuando trate de entender por qué lo concibieron si no se querían.



Es imposible estar seguro, porque la seguridad no existe, lo que existe es la incertidumbre, de modo que simplemente las personas actúan, la mayoría sin reflexionar, como este ejemplo que cité, sin saber, que está contribuyendo a edificar su propio sufrimiento y el de los que la rodean.



Pero aunque la seguridad no exista, lo que si tenemos es la experiencia,  que si uno aprende de ellas puede equivocarse mucho menos.



Sin embargo, hay todavía muchos que no aprenden de sus propias experiencias y se empeñan en tropezar dos veces con la misma piedra.



En cuestión de parejas, pueden llegar a tener varias parejas sucesivas, dejarlas y luego extrañar y no encontrar a otra igual pero también perdiendo la oportunidad de recuperarlas.



Porque las personas son todas diferentes y lo que tiene una le falta a la otra, de modo que difícilmente alguien en el mundo haya encontrado o encuentre alguna vez alguien perfecto e ideal como pareja.



Se trata entonces de ver en las parejas su valor real, como si fueran diamantes en bruto, que parecen poco valiosos pero que sólo les falta que los miren de otra manera para poder ver su antiguo brillo, porque por alguna razón alguna vez iniciaron una relación con ellos.



El que se aburre de su pareja está aburrido él de si mismo. Es el momento que tiene que aprovechar para elevarse y hacer lo que nunca hizo, o sea desarrollarse y crecer. No proyectar en su pareja su propia frustración, sino ver la verdadera causa de su decepción y desprenderse de su deseo de novedad y placer infantil.



La gente se ha vuelto inconstante porque no tiene por qué luchar, no se propone metas posibles y sueña con imposibles, aunque yo creo que para un ser humano, nada es imposible.



Recomiendo a todos los desorientados, desilusionados, aburridos, preocupados, enojados, molestos, hartos, insatisfechos y desconformes con sus parejas, si están todavía indecisos, que no tomen ninguna decisión, que dejen de vivir aislados y en forma automática, que intenten retomar el diálogo, que digan lo que sienten, que no piensen solamente en ellos, porque todos los demás que lo rodean son parte de ellos mismos y que se atrevan a incursionen en el campo del conocimiento de lo que más les interesa, porque este mundo es maravilloso y lleno de misterios para descubrir;  para poder elevarse a un nivel superior, donde estos problemas no existen.