Ser Confiables

Confiar en uno mismo es ser confiables para los demás, porque significa comprometerse en la vida y saber de antemano cómo decidimos a responder ante las circunstancias, llegando a convertir esa actitud en un saludable hábito.

Todos tenemos dudas, porque la vida es pura incertidumbre, un salto al vacío sin red, pero hay sólo dos maneras de actuar: de buena o de mala fe.

El que actúa de mala fe sólo piensa en sí mismo, en su propio beneficio, creyendo que es una isla en el mundo y que su comportamiento no influencia a los demás, convirtiéndose en una persona que no es digna de confianza.
Existe el efecto mariposa, que es simbólico pero absolutamente descriptivo y cierto en última instancia, que dice que un aleteo de mariposa puede provocar un tifón en Japón.

Porque son tantos los aleteos de mariposas, los actos de mala fe, la mala onda, la ingenua intención de creer que nuestros actos no tienen ninguna consecuencia, que no es raro que se produzcan catástrofes a cada rato.

Ser confiable exige decir siempre la verdad, no engañar a otros, actuar con honestidad teniendo en cuenta el bienestar propio y el de los demás, porque estamos todos en un mismo barco y del mundo nadie se puede bajar.

La persona confiable es estable emocionalmente, se compromete con una decisión hasta el último, aunque a mitad de camino surjan inconvenientes, porque ha dado su palabra, que tiene un valor mucho más alto que el dinero que puede perder y que cualquier contratiempo posterior.

Ser confiable exige reflexionar antes de actuar o de tomar una decisión, para asumir los compromisos con seriedad, aunque se trate de cosas que pueden parecer intrascendentes.

La persona confiable pone lo mejor de si misma cuando actúa, asume su responsabilidad con la mejor buena voluntad, no tiene espíritu competitivo sino deseos de ayudar, de poner el hombro y no atribuirse los logros.

El que tiene confianza en si mismo se comporta como alguien seguro de si mismo y puede ser natural y espontáneo porque no necesita estudiar estrategias para actuar.

Ser confiable es aceptar la responsabilidad de los propios actos y no buscar culpables para sentirse mejor cuando comete un error.

Tener confianza en uno mismo es conocer los propios límites, saber decir no puedo o no se, cuando las circunstancias lo requieran, sin sentir pérdida de autoestima, ni miedo a perder el afecto de los demás.

Aprender a ser confiable es la mejor forma de lograr elevar nuestra autoestima.