Terapia escrita


La palabra es terapéutica, pero se las lleva el viento; en tanto que la palabra escrita permanece clara y concisa y tiene una función más importante: obliga a organizar las ideas y a aclarar los pensamientos, pone en evidencia en forma irrefutable las contradicciones, los errores, los malos entendidos, y se puede convertir en el documento de todo lo que puede afectar a una persona,  de lo que le resulta difícil verbalizar porque le duele, de lo que no lo deja avanzar y lo mantiene bloqueado, pero que al convertirse en palabras parece perder fuerza y cambiar todo de significado, lo ayuda a entender, a ver las cosas desde otro ángulo, que es lo que por fin le hará posible recuperar el equilibrio.

La vida tiene sus encrucijadas y en esos momentos difíciles, cada uno hace lo mejor que puede, no lo que debe o debería hacer, porque nadie es perfecto y no es fácil recorrer un camino lleno de obstáculos.

No siempre tenemos la fuerza de hacer lo correcto, porque aunque la tuviéramos, quién es el que sabe con exactitud qué es lo correcto, cuando está convencido y cree que no tiene opciones.

Todos queremos ser felices, ese el el objetivo más preciado de la vida, pero buscando la felicidad las personas se pierden.

Escribe en el espacio para el comentario tu problema, en forma breve, expresa cómo te sientes y todo lo que necesites decir para sentirte mejor, más aliviado y menos tenso.

Escribir los problemas cura la mente, mejora el cuerpo, eleva el espíritu, porque representa una auto confesión, un acto de contricción, una rendición de cuentas, un balance que permitirá empezar de nuevo sin cargas emocionales, porque se ha tenido la oportunidad de expresar los pensamientos que como pesadas mochilas cuelgan del cuello; y además permitirá que otros aprendan de tu experiencia.

La oportunidad de ser feliz no se pierde, sólo hay que aprender a perdonar y a perdonarse y ser capaz de vivir sin ser perfecto.