Las Experiencias Cumbres



Según Maslow, las experiencias cumbres de plena satisfacción sirven para lograr el bienestar físico, e inducidas internamente hasta pueden curar las adicciones.

Las personas emocionalmente sanas son las que pueden experimentar las experiencias cumbres pero las mentalmente perturbadas no.

Estas experiencias cumbres permiten lograr el éxtasis, una total catarsis y la descarga total del sistema psíquico.

Toda gratificación permite la relajación por un cierto tiempo, pero las verdaderas experiencias cumbres, más allá de las cuales no hay más nada, son estados reales de finalidad, auténticas experiencias que son un fin en si mismas.

El cuerpo físico necesita la plena descarga de sus tensiones; y la incapacidad para completar esta descarga varía de persona a persona.

El ejemplo puede ser la próstata masculina. Cuando la descarga es parcial en forma crónica produce enfermedad.

El pecho que no se utiliza o el pecho vacío parcialmente, produce también enfermedad y lo mismo ocurre con todas las glándulas del cuerpo.

La persona que no puede llorar después de una tragedia puede sufrir erupciones en la piel y la inteligencia que no se usa se atrofia.

Sólo la culminación plena de la experiencia es saludable, porque dejar en suspenso o retener la expresión puede resultar intolerable; y es posible que alguien inestable, con problemas emocionales, hasta pueda llegar a perder el juicio por la imposibilidad de integrar experiencias cumbres de satisfacción plena.

La incapacidad para llegar a experimentar el climax produce tensión y crea toxinas en el cuerpo y si no podemos vivir sensaciones de culminación tanto físicas como psicológicas nos quedaremos insatisfechos en forma permanente.

Las auténticas experiencias cumbres que son un fin en si mismas y más allá de ellas no hay nada, son los perfectos climax, que dejan secuelas físicas y emocionales, agotamiento completo y satisfacción plena.

Según el psiquiatra David Levy, la necesidad de ser amado que sólo se satisface en forma parcial deja siempre un anhelo, mientras la descarga implica finalización y gratificación completa y perfecta.

Desde el punto de vista psíquico social, todos vivimos la experiencia de lo inacabado en forma permanente y repetida. ¿Cuántas cosas son las que no decimos, las que no escribimos, por las que nos preocupamos pero que no podemos arreglar ni tampoco expresar?

¿Cuántas cosas que deseamos no hacemos o tenemos que dejar de lado o por lo menos postergar para más adelante?

¿Cuántas cosas no nos agradan pero tenemos que tolerar o ignorar?

¿Cuánto desagrado no podemos expresar?

Todos queremos que las cosas funcionen bien, que haya justicia, poder balancear las cuentas.

¿Cuántas veces lo logramos y cuántas no podemos hacer nada?

Esta realidad nos obliga a vivir alienados, queriendo y no pudiendo, deseando y no alcanzando, buscando y no encontrando.

El ámbito del arte puede ser una forma de canalizar adecuadamente las necesidades y los instintos humanos, porque el hombre en general tiene un impulso estético que expresa su placer por la simetría, por el orden, por las proporciones armónicas, o por arreglar lo que está mal.

Estos impulsos pueden relacionarse con una necesidad interna o un desarreglo interno, o tal vez con la unidad que representa la situación total.

Fuente: “Visiones del Futuro”, Abraham Maslow