La Ecología y el Plástico



La bolsa o la vida ya no será más la metáfora de un intento de robo sino una verdad futura para los seres humanos, cuando nos referimos al volumen de bolsas de plástico que se utilizan a diario y que se descartan.

La conciencia se me agitó cuando después de haber realizado cinco compras en distintos negocios, terminé cargando cinco grandes bolsas de plástico, y al pensar en las próximas fiestas navideñas, cuando todo el mundo envuelve sus regalos con papeles de plástico.

Si multiplicamos todas las bolsas que desechamos diariamente por aproximadamente seis mil millones de los habitantes del planeta, porque incluso hasta los bebés tienen plástico en sus pañales, tendremos como resultado una cifra astronómica que debería preocupar a todos.

Tener conciencia ecológica es eso precisamente, darse cuenta de la responsabilidad que tenemos todos en lo que se refiere a los residuos no biodegradables, como por ejemplo, el plástico.

Sin embargo soy optimista cien por ciento y confío en la inteligencia que el hombre tiene potencialmente aunque no siempre la use adecuadamente.

Pertenecemos a una especie que se caracteriza principalmente por su capacidad para resolver problemas; y seguramente, el problema de los residuos no biodegradables no va a ser una excepción.

El plástico es una creación del hombre que ha sido inventado con la propiedad de durar mil años y así como se creó se podrá destruir, según la ley de los contrarios.

En un principio se pensó que este invento terminaría con la industria textil, porque la ropa y todos los productos de plásticos durarían tanto tiempo que ya nadie compraría más nada.

Pero pronto todos nos dimos cuenta que no duran tanto, a veces incluso mucho menos que los productos hechos con otros materiales, y que no siempre los productos de plástico resultan atractivos ni eficaces para su uso, pero sí son interminables sus residuos cuando los descartamos.

El plástico se puede reciclar, pero existe el problema de que tecnológicamente aún no existe un sistema de reciclado masivo, sino que sólo se recicla parcialmente un porcentaje mínimo del total que se consume. El resto va a parar finalmente a la tierra o al mar.

El mar recibe grandes cantidades de basura procesada o no. Afortunadamente el calor del sol ayuda a degradar gran parte de los productos que se desechan, pero permanecen micro partículas en suspensión por mucho más tiempo de lo que duran nuestras vidas, causando estragos en la fauna marina y provocando manchas en los océanos de gran magnitud que se pueden visualizar por satélite.

Los políticos de turno parecen no tener inquietudes sobre este tema ya que hasta ahora no existen proyectos a corto plazo para evitar la emisión de bolsas de este material tan dañino para la naturaleza.

Se oyen tímidas voces en algunos sectores que son desoídas por los gobiernos seguramente debido a los desequilibrios económicos que producirían las medidas restrictivas para las petroquímicas, que sólo tienen el objetivo de ganar dinero y no tienen interés en tomar conciencia del problema grave que ocasionan.

Sin embargo, creo que así como fue inventado este indestructible material también se descubrirá un químico capaz de degradarlo sin causar una contaminación que sea aún más letal que él mismo.

En la química está la solución del problema de los residuos de plástico y también del resto de la basura, por lo tanto, urge a los bioquímicos continuar trabajando en esa búsqueda.

Ese hallazgo iniciará una nueva revolución tecnológica.