El mito de la Caverna de Platón, sobre la verdad




Recibí un mail sobre una conferencia que dio el Sr. Fernando Parrado, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes; a altos ejecutivos de empresas, señoras y niños, cuyo objetivo principal era, a partir de haber vivido esa experiencia límite, destacar el valor de la familia por sobre todas las cosas.

Sobre esto último estoy completamente de acuerdo con todos sus términos, pero en lo que discrepo es en su perspectiva de la vida, que adjudica a la suerte lo que le ocurrió a él que se salvó, por haber elegido el asiento del avión que no sufrió daños.

En primer lugar, porque desde mi punto de vista, una suerte mayor la tuvieron los que perecieron en forma inmediata y no tuvieron que vivir la experiencia que vivió él; y en segundo lugar, porque no creo que exista la suerte o el infortunio.

Si esta vida que vivimos depende de la suerte o de otra cosa, es una cuestión que ha sido motivo de fatigosas discusiones filosóficas desde la edad de piedra y que aún hoy en día es un tema de debate que da lugar a largas polémicas que hasta ahora no han conducido a ninguna conclusión válida.

Sólo nos queda creer o no creer que este universo tiene un sentido y que hay un orden natural, y que como los humanos somos parte de la naturaleza, es lógico pensar que estamos incluidos dentro de ese orden, si nos alineamos a él, lo cual permitirá que en nuestras vidas siempre ocurra lo mejor aunque no lo podamos entender.

Estoy convencida que la diferencia entre estas dos formas de pensar es lo que puede cambiar un destino.

Creo que sólo tenemos oportunidad en este mundo de ver sólo un pequeño aspecto de la realidad; y esto es lo que hace que nos formemos opiniones desde una estrecha perspectiva, tal como lo describe Platón en su alegoría de la caverna.

En esa narración Platón nos enseña en forma alegórica la diferencia entre las opiniones sobre la realidad del común de la gente y el verdadero conocimiento.

La opinión es el saber sin ningún fundamento del que sólo puede ver la apariencia que parece real, porque sólo el conocimiento racional es verdadero.

El que se encuentra sumido en la ignorancia es como si se encontrara en lo más profundo y más oscuro de una caverna sin ninguna oportunidad de ver la luz. Sólo puede ver proyectada en las paredes las sombras de la realidad y cree que eso es todo.

Los que están más cerca de la entrada pueden ver mejor y por lo tanto formarse otra idea muy diferente, sin embargo, los que están en la oscuridad no les creerán.

Sólo los que se atreven a salir y ver la luz pueden ver la realidad tal cual es, y darse cuenta que existen muchas cosas maravillosas que jamás se hubieran podido imaginar mientras permanecían sumergidos en la oscuridad.

Invito a ver el video a todos los que desean conocer con más profundiad la alegoría de Platón, su simbología y su interpretación filosófica.