El Túnel del Tiempo- Cuento


En el túnel del subterráneo de la línea D, de Buenos Aires,  que se encuentra entre la estación Plaza Italia y Palermo, están pasando cosas muy raras.

La gente dice que todos los días desaparece la formación que sale de esa estación a las 17 horas rumbo a Congreso de Tucumán,  con todos los pasajeros adentro,  y vuelve a aparecer al día siguiente en el mismo lugar a la misma hora.

El problema es que la gente que viaja en ese tren no recuerda nada y llega a su casa al día siguiente, creyendo que es el día anterior.

Los familiares están asustados, las mujeres no les creen a sus maridos que  no se acuerdan qué estuvieron haciendo las últimas 24 horas, los maridos tampoco están dispuestos a aceptar no saber qué estuvieron haciendo sus mujeres toda la noche, las chicas no pueden explicarle a sus padres por qué no durmieron esa noche en sus camas y  los chicos que volvían del colegio, que habían sido reportados como desaparecidos en la comisaría,  a pesar de la preocupación de sus padres,  a su desaparición no le dan importancia.

Lo cierto es que este suceso ha provocado muchos problemas familiares y una larga cola de gente en la comisaría 23, y también ha dado lugar a una serie de denuncias contra la empresa de subterráneos, cuyas autoridades no tienen ninguna explicación para estos episodios.

Un equipo de operarios ha sido destinado a observar el tránsito de ese tren por ese túnel a esa hora, para registrar la anomalía, pero ni bien pasó el tren por el lugar, desapareció el tren y también la cuadrilla.

Lo extraño es que la gente que ha desaparecido, al día siguiente vuelve transformada; no parece humana porque tienen una conducta muy diferente, son más afectuosos, más bondadosos, más inteligentes, más sabios, tienen excelente humor, más paciencia y más respeto por los demás y  si tenían algún problema de salud vuelven curados de todos sus males.  

Tanto es así que los familiares retiraron todas las denuncias y ya hay largas colas en la estación Plaza Italia para tomar el tren de las cinco.

Los científicos se reúnen todos los días en el Jardín Botánico desde muy temprano para estudiar el fenómeno y decenas de  periodistas ocupan la plataforma de la estación donde llegan trenes hacia ambos lados.

Varias cámaras de  televisión de distintos canales se han instalado en el lugar para reportear a los pasajeros del tren que sale a esa hora y ya se ha estrenado un nuevo reality show titulado "El tren de las cinco".

Los investigadores creen que se trata de una falla temporal producida en el entubamiento del arroyo Maldonado, una especie de agujero negro con el poder de absorber la materia, producido por la presión de los gases letales que despiden esas oscuras aguas, para luego devolverla transformada.

Es un hecho inédito, que como cualquier otro fenómeno que no se puede explicar, la ciencia dice que es producto de la imaginación colectiva.

Luego de varias semanas, algunos de los que experimentaron esa situación, comenzaron a recordar algo.  Les ocurría lo mismo que cualquier otro día común, con la diferencia que el mundo parecía diferente;  la actitud de la gente hacia ellos era distinta, todos estaban de buen humor, cedían el paso, nadie se apuraba, estaba todo limpio, las calles resplandecían de pulcritud y prolijidad, no había indigentes en las veredas, el tránsito de los vehículos era ordenado, nadie tocaba la bocina ni se escuchaba ningún ruido molesto; y lo mejor de todo es que al llegar a sus casas todos estaban de buen humor, deseosos de verlos y esperándolos con amor para darles nada más que buenas nuevas.

Los programas de televisión eran todos tan buenos que no podían decidirse con cuál quedarse y casi no pasaban propaganda, sólo buenas noticias, inventos para salvar al planeta, el descubrimiento de una fuente de energía inagotable y más barata, premios a los funcionarios públicos por su honradez, el fin de la corrupción, sindicatos sin intereses políticos dedicados solamente al bienestar de sus afiliados y detalles del robo de un paquete de pastillas en un kiosco que fue desbaratado y el menor responsable del delito ya está entre rejas, en el Jardín Botánico.

Era imposible que esa experiencia no los cambiara, porque no podían continuar siendo tan maleducados, irreverentes, prepotentes y atropellados como eran, cuando todo el mundo se comportaba diferente y  los trataba con tanta benevolencia.

Lo bueno es que cada dia hay más gente haciendo cola para tomar el tren con destino a Congreso de Tucumán, que pasa a las 17 horas por la estación Plaza Italia.