Cambiar de CPU no es fácil




Cuando la computadora dice basta hay que cambiarla por otra.  Sin embargo, me queda la duda si no es el servidor el que me está traicionando.

El cambio de CPU parece fácil, es el mismo sistema, todo igual, pero, una vez que comienza a funcionar  todo resulta dramáticamente diferente.

Para el que solamente sabe escribir a máquina y aprendió a duras penas a manejarse con el CPU anterior, resulta frustrante, porque no encuentra las cosas donde estaban y es que ahora están en otro lugar que no es fácil localizar.

La cosa es que hoy demoré el doble de tiempo para hacer mi trabajo,  primero, por cuestiones técnicas, segundo, por falta de práctica para ubicar las funciones en las barras de herramientas y tercero, para buscar en el recipiente de los residuos el borrador de uno de ellos que perdí con el cambio y no pude encontrar y cuarto, para reconstruirlo porque estaba hecho pedacitos.

Gajes del oficio, les pasa a todos me dicen, pero estas máquinas son traicioneras, nada que ver con las antiguas, que a veces tanto añoro, porque esas sí que no nos daban estos disgustos, no existía el peligro de que se borraran las cosas con sólo poner el dedo distraído sin intención sobre una trágica tecla, porque la muy ladina se cobra la violación tragándose toda la información sin ningún escrúpulo.

La computadora no perdona ningún descuido, razona pero no tiene ninguna consideración, se burla de los torpes y de los novatos y les hace zancadillas para que caigan en sus trampas.

Estas máquinas son armas de doble filo, te ayudan pero también te hacen perder tiempo, porque si se pescan algún virus se cuelgan, tardan mucho tiempo para operar, se ponen perezosas, no te permiten conectarte con internet y hay que dedicarles tiempo, activar el antivirus, buscar algún otro más eficaz que sea gratis, desfragmentarla y brindarle todas esas atenciones que ni siquiera uno recibe.

Lo cierto es que estos aparatos ya forman parte de la familia y se nos han hecho tan necesarias que sentimos que cada vez más dependemos de ellas.
Por ejemplo, ahora no encuentro dónde está la opción “Contar palabras”, que yo necesito para no irme por las ramas.