El Sentido del humor




Aunque resulte difícil aceptarlo todas las situaciones en esta vida se pueden aceptar mejor teniendo sentido del humor. Esto lo comprobamos en los funerales donde se escuchan y se cuentan los mejores chistes.

Las personas se relajan cuando alguien logra rescatar el lado humorístico de las cosas, porque el humor alivia el estrés, calma la frustración y permite una mejor comunicación.

Una persona con buen humor resuelve mejor sus problemas y tiene más oportunidades de salir de los conflictos.

Cuanto más solemnes somos más posibilidades existen de hacer el ridículo y sólo si tenemos humor podemos reírnos de nosotros mismos.
Ver las cosas con humor es tener la capacidad para percibir la realidad con una perspectiva más amplia.

El humor nos permite salir de situaciones difíciles con elegancia, porque la risa es contagiosa y le cambia a la gente su estado de ánimo, alivia sus preocupaciones y le permite ser más creativo para encontrar soluciones.

Tomarse demasiado en serio a uno mismo nos hace ver la realidad de un solo lado, el trágico, mientras negamos que se puede estar triste por una cosa pero a la vez contento por otra, que se puede tomar distancia y estar relajado aún en los peores momentos, sentirse más fuertes cuando podemos separar situaciones y verlas fuera de contexto para darnos cuenta que sueltas pueden no tener ningún significado.

El humor hace que los momentos serios se vuelvan espontáneos, crea armonía, alegra el espíritu y ayuda a calmar la angustia del que espera.

El humor puede evitar una pelea, conciliar los puestos y terminar una discusión de pareja.

El humor desarma, porque inhibe la agresividad al provocar risa y la risa afloja lo que está tenso.

El humor cura porque nos libera de cargas emocionales que nos pesan.

No es preciso aprender a tener sentido del humor, sólo hay que aflojarse y ver lo que los otros no ven y tener una actitud nueva, sin ataduras ni prejuicios.

El mejor humor no es el bizarro que se caracteriza por el mal gusto, sino el que es inteligente, que tiene la suficiente sagacidad para no caer en lo fácil ni en la burla.

Tiene sentido del humor aquel que tiene hambre pero que todavía puede hacer un chiste aún con el estómago vacío, el que no teme hacer el ridículo, el que sabe mirar y puede ver lo absurdo de todas las cosas.