La Diabetes


El 14 de noviembre se celebró el día mundial de la diabetes, con el propósito de incrementar la conciencia de la gente sobre esta enfermedad.

El auto monitoreo de la glucemia es la herramienta más eficaz dentro del tratamiento de la diabetes, porque permite lograr un mejor control metabólico.

Este avance de la tecnología libera a los que padecen de este trastorno y les permite ser protagonistas, tener independencia, tomar sus propias decisiones y mejorar su calidad de vida.

El auto monitoreo ayuda a conocer el resultado del tratamiento y hacer las correcciones necesarias en el plan de alimentación, el ejercicio físico y la medicación.

Para que el auto monitoreo de la glucemia sea efectivo se debe seguir una estrategia y son el especialista y el paciente los que deben establecer el momento en que se deben hacer las mediciones; porque lo importante es saber a qué hora se producen los picos hiperglucémicos e hipoglucémicos, para corregir la conducta a seguir.

Aunque los niveles pueden depender de la comida y de las emociones, existe un patrón que se repite y que es importante conocer, para poder tener un diagrama de cómo reacciona el cuerpo diariamente.

Cuando a una persona le diagnostican una enfermedad crónica, como la diabetes, se puede sentir en un primer momento abatida y su reacción puede ser no querer hacer nada.

Sin embargo, la mayoría se centra en qué es lo que tiene que hacer para sentirse bien.

La conocida actriz norteamericana Sharon Stone sufre diabetes tipo I desde su adolescencia. Sin embargo nunca su enfermedad fue un obstáculo para su carrera, por el contrario la diabetes le enseñó a ser más disciplinada y a disfrutar cuidándose.

En su caso, el diagnóstico fue difícil porque los síntomas coincidían con los del estrés que le podía estar provocando su agitada vida de actriz.

Pero una vez que supo que era diabética se propuso desafiar su enfermedad con todas las armas posibles.

Gary Hall, nadador profesional norteamericano, campeón olímpico, en 1999 se enteró que tenía diabetes y que según la opinión de los médicos que lo atendían en ese momento, no debía volver a las competencias de natación.

Al principio se sintió perdido, porque pertenecía a una familia de nadadores profesionales y la natación era su vida, pero luego decidió desafiar a su enfermedad y a los médicos que lo habían condenado a abandonar su carrera.

Con la ayuda de una nueva profesional y de sus entrenadores, diseñó un plan de entrenamiento y control de su diabetes; y con esta disciplina y la insulina, pudo participar en las Olimpíadas de Sydney al año siguiente y recibir un premio.

Continuó así compitiendo y ganando (diez medallas olímpicas), se casó y tuvo dos hijas.

Actualmente es un exitoso empresario y también se ocupa de alentar a las personas con diabetes de su país.

Fuente: “Vivir Bien la vida”, No.14, Octubre/Diciembre/2011; Revista publicada por Roche.