Pregorexia, Diabulimia, Orthorexia, Vigorexia y el Trastorno de Atracón


La pregorexia es un trastorno que ocurre durante el embarazo y la crianza, cuando la obsesión por el cuerpo de las madres puede traer graves consecuencias para sus hijos y éstos pueden heredar un problema similar en el futuro.

Son mujeres que como tienen dificultades para mantener su peso corporal, disminuyen las calorías y los nutrientes de sus ingestas, realizan ejercicios físicos extremos o tienen atracones y luego se purgan.

Las consecuencias para la madre puede ser diabetes del embarazo debido a ingestas compulsivas, hipertensión, falta de líquido amniótico en la placenta, deshidratación, bradicardia y arritmia, desprendimiento placentario y complicaciones en el parto.

Para el bebé puede significar riesgo de vida durante su primer mes de vida, bajo peso, probabilidad de retraso mental, insuficiencia respiratoria, alteraciones neurológicas, déficit de atención e hiperactividad.

Hay madres que llegan a diluir la leche en agua para que sus bebés no engorden y hay niñas de seis años que se quejan de tener panza y entonces ese día no comen, porque hacen lo mismo que hacen sus madres.

La Diabulimia se desarrolla cuando la diabetes tipo I se combina con un trastorno alimentario.

Las consecuencias pueden ser neuropatía periférica (gangrenas, pie diabético); insuficiencia renal crónica, disfunción eréctil, deterioro en la visión, ceguera e hipertensión.

La Orthorexia es la obsesión por comer los alimentos correctos. Se comienza con la intención de mejorar la calidad de los alimentos que se consumen, pero luego se convierte en una obsesión.

Las consecuencias pueden llevar a déficits alimenticios, al suprimir alimentos esenciales como carnes, pescado, huevo y leche, que puede causar un severo deterioro neurológico, anemia y daño progresivo en el sistema nervioso central.

La Vigorexia o dismorfia muscular, es el trastorno que se caracteriza por el deseo de incrementar la masa muscular para mejorar el cuerpo. Son personas que se aíslan por no sentirse seguros ni conformes con su imagen corporal. Pasan muchas horas entrenando, no se socializan y consumen anabólicos para aumentar su masa muscular.

En el hombre, el consumo de anabólicos puede disminuir el tamaño de sus testículos y atrofiarlos; reducir la producción de espermatozoides, producir impotencia, desarrollo mamario, esterilidad, osteoporosis, hipertensión, puede aumentar el colesterol en sangre, generar problemas cardiacos, daño renal y hepático, hipoglucemia, alteraciones del sistema inmunológico, exponer a contraer cáncer de hígado y de próstata y favorecer el desarrollo de tumores renales y cerebrales.

En las mujeres el consumo de anabólicos produce alteración de la menstruación, voz masculina, vello facial, cambios de humor, insomnio, favorece las adicciones y la depresión.

El trastorno por atracón es la pérdida del control sobre la comida que se caracteriza por la ingesta exageradamente abundante en forma aislada y en pocos minutos.

La persona afectada por este trastorno siente la compulsión de comer aunque no tenga hambre, en secreto, y luego se enoja, se culpa y se avergüenza, pierde su autoestima, se siente sola y vacía.

Esta afección puede estar asociada a un trastorno de ansiedad y también a la depresión.

Las consecuencias pueden ser: obesidad, hipertensión, problemas coronarios, diabetes tipo II y contraer patologías biliares.

Fuente: LNR, 11/2011, “Alerta, nuevas formas de insatisfacción”, Florencia Vidal.