La Incertidumbre




Vivimos en un mundo violento y peligroso, principalmente porque  la igualdad de oportunidades para todos continúa siendo una expresión de deseos y porque el hombre se empeña en no respetar a la naturaleza.

La consecuencia es la tendencia a rodearse de barreras protectoras con la ilusión de que es posible controlarlo todo.

Sin embargo, la realidad se impone y todos los días somos víctimas de catástrofes, accidentes, atropellos, arrebatos y robos

La violencia germina en la pobreza y la frustración y se nutre de la ambición, la codicia y la envidia; y de la posibilidad de tenerlo todo sin esfuerzo, quitándoselo a otro.

Las economías más prósperas quiebran, los negocios más rentables se extinguen, los gobiernos más respetados se corrompen, las familias se deshacen, la fe se pierde y ya no se tienen en cuenta los valores humanos para guiar la conducta.

El hombre ha perdido el rumbo y enceguecido por los bienes materiales lo ha transformado en un lugar desagradable y sucio.

La mayoría, sin darse cuenta y con el pretexto de trabajar duro en su negocio, roba de distintas maneras, cobrando de más, generando inflación, tratando de salvarse, aunque deje un tendal de víctimas detrás y en última instancia también se esté perjudicando ella.

Las empresas especulan y producen cada vez menos, porque no quieren arriesgar su capital cuando piensan que la realidad refleja incertidumbre.

Sin embargo, la seguridad no existe, aún en momentos de abundancia y tranquilidad social, la vida es incierta.

El miedo a perder el control produce fobias y hace la vida miserable, aún sabiendo que nadie puede controlar nada.  Las fobias no permiten disfrutar de la vida por temor, ni viajar, ni salir de la casa, ni estar en lugares públicos, porque la ansiedad produce un ataque de pánico que  se manifiesta como una sensación de muerte inminente.

El miedo que se esconde detrás de todos los miedos existentes es no poder aceptar la finitud, la única certeza que existe, el hecho de que para cada uno, todo va a terminar algún día,  en cualquier momento.

El apego a las cosas nos impide ver lo transitorio que es todo, lo efímeros que resultan los logros y la imposibilidad de satisfacer el insaciable y constante anhelo.

Nadie puede saber lo que va a pasar mañana, ni siquiera lo que puede suceder dentro de un minuto, sin embargo, la gran mayoría pretende estar segura de todo y realiza grandes esfuerzos para inventar la forma de prever los hechos.

Toda previsión se basa en la probabilidad que existe de que ocurra un hecho en función a la experiencia previa, pero en el mundo siempre seguirán ocurriendo cosas inéditas y nosotros deberemos adaptarnos a ellas.

El mundo cambia y es la gran diversidad que existe lo que lo hace cambiar, su propia naturaleza; y el  control humano, es y será siempre una ilusión.

La incertidumbre hace que la vida represente un gran desafío que solamente se resuelve teniendo el coraje de comprometerse, atreviéndose a tener la vivencia propia de lo que suceda.

MALENA