Problemas de Parejas


Una pareja bien avenida suele ser en estos días algo poco común, porque tanto el hombre como la mujer están atravesando una crisis de identidad que está cambiando la forma de vida de la sociedad.

Las mujeres en general, tienen más claro su nuevo rol que implica su decidida participación en la fuerza laboral que la equipara al hombre y puede mantenerse sola evitando la dependencia; pero a los hombres les cuesta aceptar a esa mujer moderna, con formación académica, libre sexualmente y que pretende tener una vida propia.

La interpretación del amor, por mucho tiempo, para los hombres significó sumisión y devoción, mientras para la mujer representaba seguridad, status social y también esclavitud.

La seguridad y el status social tuvieron un precio demasiado alto para las mujeres, sin embargo ese estado de cosas permaneció mucho tiempo sin cambios hasta que las dos últimas guerras, que fueron experiencias que costaron mucha sangre, le dieron a la mujer la oportunidad de ocupar las tareas laborales que desempeñaban tradicionalmente los hombres.

Mientras el hombre participaba en las contiendas, las mujeres lograban cumplir su propia epopeya saliendo a trabajar, atendiendo el hogar y haciéndose cargo de la educación de sus hijos.

Al terminar la segunda guerra mundial, el hombre se encontró descolocado en la sociedad y muchos de ellos permanecieron desocupados mucho tiempo, porque la mujer no dejó de trabajar al haber descubierto un mundo fuera del hogar que le ofrecía satisfacciones y un sustento, y que le daba la oportunidad de participar y de independizarse.

La segunda guerra mundial terminó en el año 1945, sin embargo, el inconsciente colectivo de los hombres quedó fijado a la antigua imagen de mujer y a su rol perdido.

Cuando los hombres tuvieron que colaborar a la par de la mujer en el hogar, lavando platos y cambiando los pañales de sus hijos, perdieron la motivación de tener una familia, porque su tarea se veía multiplicada y ya no había nadie en la casa al volver de trabajar, dispuesto a atenderlo como antes.

Muchos prefirieron quedarse en sus casas paternas indefinidamente siempre que tuviera todas sus necesidades elementales satisfechas; u optar por la homosexualidad, estilo de vida que les resulta más favorable.

Tal vez tengan que pasar varias generaciones antes de que tomen conciencia que la época de la esclavitud en todo sentido ya pasó y que aprender a cocinar, a lavar y a planchar y a criar hijos es posible tanto para el hombre como para la mujer que quieran tener una familia.

Muchas de las peleas conyugales actuales, aún se relacionan con la lucha por el poder, que antiguamente estaba a cargo del hombre y que era indiscutible, pero que ahora exige la participación de ambos integrantes de la pareja para todas las decisiones. Esta realidad puede generar escenas de violencia que a veces terminan en tragedia.

Muchos hombres inconscientemente no pueden aceptar este rol de igualdad y llegan a perder su interés en las mujeres, ya que una relación no solamente lo obliga a compartir tareas sino a comprender las necesidades femeninas muy diferentes a la de ellos. Es por eso que a veces se interesan en otros hombres, que con identificaciones femeninas, son capaces de cumplir con mayor esmero el rol de la mujer de antes y que además tiene intereses masculinos que hacen más llevadera la convivencia.

Además, para un hombre, las relaciones sexuales con otro hombre, puede resultar más placentera y aún más fácil, sin necesariamente ser homosexuales siempre, porque la mujer requiere un trato especial para satisfacerla que no siempre conocen la mayoría de los hombres.

En cuanto al objetivo de tener una familia, en general, los varones no tienen demasiado interés en ser padres; la prueba es evidente: la inmensa cantidad de hombres que cuando abandonan a su mujer también dejan a sus hijos.

Son las mujeres las que desean tener hijos y asumen el compromiso y la responsabilidad de ser madres, el problema es que sin figura masculina significativa, sus hijos varones tienen un mayor riesgo de identificarse sexualmente en forma negativa.

La homosexualidad no sólo parece aumentar por el hecho de que ahora no se oculta, sino que se incrementa en forma real día a día. Es una realidad que está cambiando las relaciones de pareja y también la forma de tener hijos.

Con el tiempo es posible que la acepten hasta sus más encarnizados oponentes, que a veces, suelen estar luchando contra sus propias tendencias ocultas.

El hombre en este mundo se ha caracterizado por haber desafiado siempre a la naturaleza, en todo sentido y hasta ahora ha sobrevivido.

Malena