Avances con células madre y en celuloterapia



La gente común, preocupada por los problemas degenerativos mentales y físicos que genera la vejez, desea saber cuáles son los tratamientos disponibles más modernos en este momento; cuáles serán las posibles terapias en un futuro cercano y las limitaciones que existen todavía para aplicar los nuevos descubrimientos en la práctica clínica.

El deterioro de los órganos y de los tejidos se debe principalmente al desgaste que produce el paso del tiempo, a las enfermedades y a los hechos traumáticos. Pero lo que más preocupa de este deterioro y resulta más difícil de aceptar es la pérdida de la lucidez mental.

La edad avanzada produce la pérdida de la función de los tejidos debido a su vez al deterioro de las funciones de las células madre que son las que los nutren y los regeneran.

Para estimular la actividad de estas células podrían utilizarse medicamentos que fueran capaces de retardar el envejecimiento.

La terapia celular, por ejemplo, intenta reparar la función de las células reemplazando las células dañadas.

La práctica más revolucionaria, que aún está en etapa de investigación y comienza a ser hoy una realidad, consiste en crear nuevos órganos en el laboratorio.

Las expectativas que han provocado estas terapias regenerativa, han producido un incremento de tratamientos aún no aprobados, en seres humanos, utilizando células madre; generando posibles riesgos y exageradas expectativas en los pacientes que se someten a ellos.

Por esta razón es necesario conocer el estado actual de las investigaciones sobre este tema para evitar caer en manos de personas inescrupulosas que lucran con el engaño.

Los tejidos y los órganos se regeneran naturalmente gracias a las células madre adultas, las cuales tienen la capacidad de multiplicarse y de crear tipos celulares diferenciados, proceso que posibilita mantener las células madres originales y producir nuevas células especializadas.

De esta forma se renuevan las células de los órganos y en el caso de la piel permite reparar lesiones.

Las células madres más estudiadas son las de la piel, la sangre y los músculos.

Algunas células madre no se multiplican y sólo se activan mediante señales vinculadas al estrés o a los traumatismos.

Los científicos creen que muchos órganos tienen células madre que mantienen un constante equilibrio celular pero como son muy pocas y casi idénticas a las células diferenciadas, resultan difíciles de identificar.

Actualmente comienza a ser posible la utilización de células madres en los humanos, para evitar el desgaste de los tejidos debido al envejecimiento.

Con los años, las células madres que se encuentran en la sangre pierden su capacidad de diferenciarse y en los músculos y el cerebro disminuye su cantidad.

La terapia celular consiste en reponer las células perdidas para reparar los daños en los tejidos, práctica que se lleva a cabo, con éxito desde el año 1956, a partir del primer trasplante de médula ósea, que continúa realizándose hoy en día.

También se están utilizando en muchos ensayos clínicos células madre que se obtienen de la grasa del cuerpo y que pueden generar células de hueso, cartílago y tendón.

Todavía existen algunos problemas no resueltos con respecto a la cantidad de células que se debe disponer para realizar un trasplante y para llegar a lograr la supervivencia aceptable del implante.

La terapia celular con células madres provenientes de un donante, también implica riesgos de rechazo, por lo que se está tratando de obtener células madres de otros tejidos del mismo paciente.

Las células madres de la sangre del cordón umbilical, que se obtienen de embriones sobrantes donados por parejas que han participado en programas de fecundación en vitro, tienen una menor respuesta inmunitaria y por lo tanto producen menor rechazo. Estas células además se dividen en forma ilimitada, o sea que son virtualmente inmortales; y por otra parte pueden dar origen a cualquier célula del organismo adulto, a diferencia de las células madre adultas.

Sin embargo, estas células son difíciles de controlar en el laboratorio por lo que actualmente son objeto de intensos estudios.

Al ser menos diferenciadas poseen una mayor plasticidad como para permitirles integrarse con mayor facilidad a un organismo, pero su extraordinario poder multiplicador puede causar tumores.

El desafío ahora es introducir las células en los tejidos utilizando un eficaz procedimiento que sea apenas invasivo.

Actualmente se está desarrollando una técnica que prescinde del uso de embriones humanos y que permite generar células pluripotentes compatibles con el paciente, reduciendo el riesgo de rechazo, pero presentan otros problemas que demoran su aplicación en la práctica clínica.

Pero aún se desconocen las consecuencias de los cambios moleculares que se producen durante la reprogramación, el cultivo prolongado y la diferenciación de las células.

Otra forma de generación de células diferenciadas es convertir un tipo celular especializado en otro, mediante combinaciones específicas, que hacen posible generar neuronas maduras, células madres adultas neuronales o cardiomiocitos, a partir de células de la piel.

Para producir órganos enteros en el laboratorio, una de las dificultades es no poder contar con una matriz que permita reconstruirlos.

Para solucionar este problema se están utilizando órganos de donantes, a los cuales se les elimina todas las células, dejando solamente la matriz extracelular y sembrando en ella las nuevas células para repoblar el órgano.

Esta matriz, no solamente otorga un soporte físico sino que también provee de proteínas y señales biológicas que favorecen la repoblación celular.

Esta técnica ha sido demostrada en órganos de animales, como el corazón, el hígado y el pulmón.

En 2008, el Hospital Clínico de Barcelona realizó un transplante de traquea utilizando esta técnica. La tráquea de un donante fue desprovista de todas sus células y sembrada con células epiteliales y células madre mesenquimales obtenidas de la médula ósea del paciente receptor; lo que evitó el rechazo y la necesidad de administrar inmunodepresores.

Hace diez años, generar células madres o neuronas a partir de células de la piel era impensable, ahora ya es posible.

Malena

Fuente:”Investigación y Ciencia” - “Más allá de los límites de la Ciencia”; “Retos de la medicina regenerativa”; María José Barrero, investigadora Ramón y Cajal en el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona y Juan Carlos Izpisú Belmonte, director de la misma institución.