Barras bravas de adolescentes en los countries


Las barras bravas de adolescentes delincuentes no existen solamente en el fútbol, también están en los countries más tradicionales y lujosos de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, y también en los barrios cerrados menos ostentosos de otras zonas no tan encumbradas, dedicadas a robar impunemente las pertenencias de sus vecinos y a reunirse en las calles a fumar marihuana y a tomar bebidas alcohólicas.

Estos jóvenes vándalos se recrean invadiendo las viviendas de los vecinos, robando bicicletas y objetos de valor que luego reducen para mantener sus vicios.

Son adolescentes entre 14 y 17 años que se escudan en su minoría de edad para evitar sanciones judiciales, cuyos padres confiesan a la policía, sentirse impotentes para controlarlos.

El personal de seguridad se encuentra en una situación difícil, ya que se trata de menores que están viviendo con familias que se desentienden de ellos, y les permiten recibir visitas de otros menores, quienes se unen a los grupos para participar en los robos.

En un barrio cerrado del sur de Buenos Aires, hasta es común tener que requerir la intervención de los bomberos, porque en la madrugada, estos menores se reúnen en calles poco frecuentadas y encienden fogatas, habiendo llegado a quemar árboles y a poner en peligro a los vecinos y a sus propiedades.

Me pregunto qué pasa con los padres que no pueden controlar a sus hijos; porque sabemos que más que imponer una férrea disciplina, lo que necesitan los jóvenes es aprender a ser personas de bien con el ejemplo, y no podemos saber qué es lo que observan los adolescentes en sus casas.

Salvo muy escasas excepciones, los hijos son el fiel reflejo de sus padres y se comportan en función a cómo son ellos, la atención que les prestan y a cómo los respetan y valoran.

Padres inescrupulosos que se enriquecen en forma ilícita, que observan una conducta desleal o que mienten, no tienen autoridad como para exigirles a sus hijos que hagan lo contrario.

Sabemos que los barrios cerrados y los countries son una nueva especie de comunidad humana que se asemeja, salvando las distancias, a los antiguos conventillos de antaño, donde se tejen muchas intrigas, deslealtades e infidelidades, que no siempre permanecen ocultas a los ojos de los chicos.

Las estadísticas señalan que los dos segmentos de población más castigados por la conducta inmoral, la corrupción, las adicciones y los crímenes son la clase alta y la baja. Parece que la clase media es la más reprimida, porque su objetivo es el ascenso social y esto no les permite gastar energía en otra cosa.

Estamos viviendo una época en que mucha gente de pronto logra acceder a un alto status social gracias a un enriquecimiento rápido, por distintos motivos no siempre confesables. Pero suele ocurrir que cuando las personas han sufrido privaciones y de pronto se encuentran en una situación de opulencia, suelen perder la moderación y el sentido de lo que es apropiado tanto para ellos como para sus hijos y adoptan conductas infantiles intentando recuperar el tiempo perdido.

Pasa con los que acceden a la fama por su destreza en los deportes, con los que han tenido éxito en el mundo del espectáculo o con los que se han dedicado a la política que de buenas a primeras están ocupando altos cargos que les reditúan elevados ingresos.

Los padres tienen que asumir el rol de padres y vigilar a sus hijos de cerca, saber quiénes son sus amigos, conocerlos bien y no permitir la entrada a su casa de personas que sospechan pueden influenciarlos para que se inicien en el camino de las drogas, el alcohol o para integrar una banda de vándalos.

Malena