Hijos No Deseados



Si solamente nacieran los hijos deseados, seguramente la población mundial en lugar de aumentar descendería, hasta extinguirse totalmente, porque son las mujeres las que quieren tener hijos y no los hombres.

Con raras excepciones, esa es la realidad, la mayoría de los hombres no desea tener hijos, tampoco casarse ni crear ningún compromiso. Son las mujeres las que todavía mantienen la tradición de tener una familia y las que a la larga los convencen.

Aunque los hombres suelen desentenderse de la crianza de un niño con la excusa de estar demasiado ocupados con su trabajo, no están tan dispuestos como la mujer a transitar por el sendero de los desvelos y preocupaciones que traen los hijos.

Ellos priorizan la relación de pareja y presienten, con razón, que un hijo puede convertirse en un rival entre ellos difícil de vencer.

Cuando la mujer tiene un hijo, principalmente si es varón, toda su capacidad de amar estará destinada a él y su pareja pasará, por lo menos al principio, a segundo plano.

El hombre tiene que saber que es natural que cuando una mujer da a luz pierda el interés por el hombre, condicionada por el funcionamiento de sus hormonas que tienden a que toda su atención esté puesta en su hijo.

La mujer se realiza y se completa con la maternidad, el hombre en cambio, se puede sentir relegado y tendrá que ceder el privilegio de ser el único interés amoroso de su mujer.

No todos los hombres están preparados para este cambio de rol, porque exige un cierto grado de madurez que la mayoría aún no ha logrado.

Una mujer puede abandonar a su marido pero jamás abandonará a sus hijos y esa realidad está en el inconsciente de todos los hombres que temen enfrentar esa condición sabiendo que ese nuevo ser puede alterar de alguna forma su vida afectiva.

Muchos son los hombres que se separan porque se cansan de la vida familiar, del compromiso que significa la crianza de los hijos, del esfuerzo económico que significan, de su educación. Hombres débiles que no están dispuestos a cumplir su rol de padres y pretenden una vida idílica solamente de a dos.

Seguramente esos hombres volverán a estar en pareja con otra mujer y por supuesto se negarán a engendrar hijos; pero para la mayoría de las mujeres, principalmente si es joven, esta será una condición difícil de aceptar, porque es raro que exista un amor tan grande que haga renunciar a una mujer a cumplir con esa necesidad básica.

En estos casos, lo peor que puede hacer esa mujer es tomar la decisión de embarazarse contra la voluntad de su pareja, porque esa es la mejor forma de alejarla para siempre.

Lo mejor será hablar del tema y consensuar, pero si eso no da el resultado deseado, la mujer será la que tendrá que decidir quedarse con esa pareja en esas condiciones o dejarla, e intentar una nueva relación en otros términos.

El amor maduro es el que brinda la capacidad de tratar todos estos temas antes de la convivencia, precisamente para evitar posteriores frustraciones a ambos; porque son los hijos los que más tarde saldrán perjudicados.

Cuando se produce en forma espontánea un embarazo no deseado por ambos integrantes de la pareja, ya sea porque ya tienen varios hijos, por problemas económicos o de trabajo o por cualquier otro motivo atendible, hay que saber que los abortos tienen a la larga una consecuencia psicológica para la mujer y que aunque en su momento se minimice el impacto emocional que produce, puede ser la raíz de una depresión seria en la madurez.

Malena