Psicología Clínica



La Psicología Clínica es la rama de la Psicología que se ocupa del tratamiento de los problemas emocionales de un paciente. Su tarea es, en primer lugar, escucharlo con atención, tratar de conocerlo, ya sea a través de sucesivas entrevistas o con la ayuda de pruebas psicológicas; para finalmente elaborar un diagnóstico, descartar enfermedades físicas o realizar las derivaciones a los profesionales que correspondan.

Los pacientes llegan a la consulta con un problema que no les permite desarrollar una vida normal ni crecer. Pueden tener dificultades para relacionarse, miedo a la vida, vínculos enfermos con sus padres, parejas tóxicas, depresión, fobias, etc., pero es probable que nieguen la verdadera causa que los mueve a realizar la consulta y hablen de cualquier otra cosa.

Un paciente se conoce desde el momento que llama por teléfono para concertar la entrevista, si es el mismo psicólogo el que lo atiende.

Su manera de hablar, la fluidez de sus palabras, el tono de su voz, su seguridad y su firmeza; y cuando se presenta, cómo toca el timbre, cómo avanza para ingresar, qué dice y qué no dice; y una vez en el consultorio, si espera a ser invitado a tomar asiento o si se sienta sin más trámite.

Estudiar cada uno de los movimientos y gestos del paciente es un proceso ineludible porque resultan clave para entenderlo; porque cada gesto, aunque parezca trivial y sin importancia, está mostrando muchas cosas de sí mismo; distintos estados de ánimos, si miente, si dice la verdad, si se siente confiado o si está dudando de la eficacia del profesional.

El aspecto físico y su vestimenta también ponen en evidencia algunas características de su personalidad, si permanece encorvado o bien erguido, qué hace con las manos, su prolijidad en el vestir, su estilo y su aseo personal.

Dejar de lado todos estos detalles es perder una gran riqueza de información que demorará la duración del proceso y puede llevar a falsos diagnósticos.

Las entrevistas psicológicas en la actualidad se llevan a cabo en poco tiempo, de modo que es necesario utilizar todos los recursos disponibles para aprovechar al máximo cada minuto.

El paciente viene con un síntoma que por lo general es la punta del iceberg, porque lo que afecta al individuo es siempre algo más profundo.

La anamnesis que se obtiene del paciente, es la primera impresión diagnóstica que se tiene al registrar sus datos, sin embargo, la psicología actual suele desatender los indicios más sólidos del arte de curar que incluyen la integración de los conocimientos profesionales con la propia sabiduría interior del terapeuta, que actualmente suelen considerarse casi obsoletos y recurren a la ayuda de la tecnología o a la recopilación de datos vacíos de contenido emocional, como si esa manera pudieran eludir el compromiso y mantener más distancia.

Quienes se ajustan a estos modelos de tratamientos, tal vez presionados por intereses que no tienen relación con la profesión, confunden el arte de curar con el cumplimiento de un trámite burocrático que desvirtúa el rol profesional.

La eficiencia y el rendimiento práctico dejan de lado la eficacia y lo fundamental del significado de la psicología clínica, que es llegar a comprender el modo de ver el mundo que tiene el paciente, que definitivamente es lo que lo hace sufrir.

La Psicología clínica tiende a bucear en las profundidades de una persona y buscar los temas que en su biografía han quedado sin resolver, que son los que le provocan los síntomas que lo esclavizan.

Sin embargo, los tratamientos psicológicos, sean como sean, siempre hacen bien, principalmente si se realiza una buena escucha, porque obliga al paciente a escucharse a sí mismo y a tomar conciencia de cuál es su real problema.

Malena