Adictos al estrès


El estrés es un estado de tensión mental o físico que representa la reacción del cuerpo y de la mente a circunstancias o situaciones extremas que se mantienen en el tiempo y que desborda la capacidad de una persona para hacerle frente.

Está comprobado científicamente que el estrés provoca desequilibrios funcionales y que altera el sistema inmunológico, disminuyendo las defensas naturales del cuerpo; que influye en el desarrollo de cardiopatía coronaria y que se relaciona con los trastornos psicosomáticos y otros problemas mentales y físicos.

El estrés puede provocar depresión, ansiedad y efectos a largo plazo, como divorcios, disolución de la familia, dificultades laborales, abuso de alcohol o de drogas.

Un cierto nivel de estrés normal es saludable porque nos mantiene activos e interesados en los desafíos de la vida, el problema es acostumbrarse a ese estado, disfrutar de él, excederse y crear un condicionamiento.

Una vez que se ha asociado el estrés con el placer, se establecerá ese modo de ser como forma de vida, y se convertirá en una adicción.

Como toda adicción ya no se podrá vivir de otro modo, porque ya nada tendrá sentido sino sólo aquello que hacen con fanatismo que creen que es lo único que los hacen sentir vivos.

La vida del adicto al estrés adquiere una dimensión diferente; porque la velocidad es prioritaria en detrimento del disfrute de la vida, de las relaciones y de toda otra actividad que no implique estar apurado, en perpetuo movimiento, ocupado y demasiado pendiente de los resultados de su trabajo.

Es una forma de huir de la realidad y de sí mismo y fabricarse una realidad propia y artificial para no pensar, lejos de lo real cotidiano y de los afectos que no se pueden manejar, e insensibles a los procesos pero obsesionados con las metas.

Lo que caracteriza a quienes sufren de estrés es la necesidad del constante apuro, de la inmediatez, de conseguir las cosas para ayer, y la dificultad para esperar que las cosas maduren, porque la espera la consideran un agujero en el tiempo donde parece que nada ocurre y eso los asusta, porque no han prestado atención a las necesidades espirituales, emocionales afectivas y existenciales.

La creencia actual es que la felicidad radica en sentir adrenalina en la sangre y que divertirse todo el tiempo es lo que necesitan, aunque la diversión los deje vacíos por dentro, por eso corren detrás de la zanahoria, como hacen todos los demás y para poder llegar a tener lo mismo.

Se confunde lo urgente con lo importante, porque lo urgente es impersonal y se refiere a las cosas y lo importante tiene que ver con el sí mismo y la diferencia entre lo que se hace y lo que se piensa.

Siempre se lamentará no haber hecho lo importante, porque es lo que puede perturbar la paz interior; y no lo urgente que siempre es circunstancial y seguramente ya no significa nada.

Malena