El Lujo Ético


La ambición de lograr una buena vida con la posibilidad de rodearse y disfrutar de lo mejor no es ni mala ni buena, es un modo de proyectarse en el futuro con el deseo de alcanzar una utopía con un sentido trascendente.

Ya no podemos darnos el lujo de seguir destruyendo el planeta para perseguir fines individualistas que no contemplen nada más que el beneficio personal. Ahora el lujo bien entendido debe contemplar el desarrollo social, la preservación del medio ambiente y la producción y el consumo responsable, de esta manera el lujo deja de ser una mala palabra para muchos y comienza a ser una posibilidad para todos.

Las empresas que fabrican artículos de lujo han adoptado el camino de la sustentabilidad, una noble decisión que puede evitar la destrucción de nuestro planeta.

La conciencia del daño que provocaron generaciones anteriores, con un estilo ostentoso como sinónimo de poder, ha hecho surgir una nueva expresión del lujo con nuevas propuestas para quienes ya no están dispuestos a comprar sin pensar en el medioambiente y se sienten motivados por valores más duraderos.

La búsqueda de la excelencia hoy en día incluye lo ambiental y lo social y no solamente lo económico.

El nuevo concepto de lujo ha dado lugar a un nuevo y nutrido universo de compradores que a la hora de comprar prefieren elegir productos que fabrican empresas comprometidas con el cuidado del planeta.

En la actualidad, un lujo es poder dormir una buena siesta, ya que la vida cotidiana transcurre como una incesante sucesión de actividades que no admiten un descanso; y porque a pesar de lo mucho que se ha inventado para pasarlo bien y disfrutar de la vida, lo mejor aún sigue siendo gratis y el lujo es poder acceder a ellas sin necesidad de pertenecer a una elíte, ni de tener mucho dinero.

El lujo tiene el poder de lo exclusivo porque sólo pocos pueden acceder a él y porque crea la ilusión de ser único. Se caracteriza por su sencillez, proporción y armonía; por ser clásico pero a la vez extravagante y por ser una experiencia única.

El lujo es la promesa de bienestar hoy en día reservada para pocos, pero que está ganando cada día mayor cantidad de adeptos; porque se está adecuando rápidamente a más voluntades y bolsillos.

Ya no se necesita ser millonario para hospedarse en un hotel cinco estrellas, porque en temporada baja las tarifas pueden estar al alcance de quienes quieren disfrutar del lujo y sentirse únicos.

Apreciar el lujo no es vanidad sino una manera de ser que permite reconocer lo bueno de lo mediocre, lo distinguido de lo vulgar, lo extraordinario de lo ordinario, lo exclusivo de lo masivo, lo original de la copia.

El lujo es una forma de sensibilidad que trasciende lo económico, es distinción, es clase, es el placer por la belleza.

El lujo nace después que todas las demás necesidades humanas están satisfechas, porque es todo lo sofisticado que está más allá de lo inmediato.

Apetecer el lujo no es ambición superflua, es saber apreciar la belleza de la buena forma.


Malena