La Actitud


La actitud es la intención o voluntad que todos revelamos con el comportamiento, con las palabras y las obras, con los pensamientos y las decisiones, con el modo de relacionarnos con las cosas y las personas, con la manera de vivir las experiencias y con la forma de percibir la realidad.

La actitud está implícita en la conducta; es inobservable directamente; no obstante, no se puede ocultar porque se infiere a través de los hechos objetivos, de las palabras y de los pensamientos de una persona.

Esta disposición mental persistente, es la que determina todas las reacciones de un sujeto frente a las experiencias que le toca vivir, la que define su forma de ver el mundo y la que condiciona su futuro.

Se pueden copiar conductas, pero nunca actitudes, porque la actitud es propia, le pertenece a cada sujeto y es la que lo orientará su vida hacia la realización de su destino.

La actitud tiene que ver con los valores, con las creencias, con todo lo que se teme, con lo que se desea y se espera, con lo que se conoce y se intenta.

Un fuerte deseo o una emoción violenta pueden cambiar la actitud porque obliga a replantearse la vida y a cambiar la forma de ver el mundo.

Resulta difícil cambiar de actitud y por ende de forma de actuar, porque implica el reconocimiento de que la vida ha sido una cadena de errores basados en supuestos falsos, lo que puede producir una crisis de identidad.

La actitud que tiene una persona nos permite conocerla y saber la conducta que podemos esperar de ella; porque es perdurable en el tiempo y consistente.

En Psicología, los tests proyectivos se basan en la posibilidad que brinda el fenómeno de la percepción para detectar experiencias, rasgos de personalidad, vínculos afectivos, tipo de inteligencia, conflictos, deseos inconscientes y la forma de ver el mundo.

Frente a un mismo estímulo o imagen no demasiado definida, o sea lo suficientemente ambigua como para prestarse a diferentes interpretaciones, cada sujeto percibe cosas diferentes reflejando su mundo interior, sus emociones, sentimientos, experiencias, temores, deseos, pensamientos, valores y su forma particular de ver la realidad; o sea cuál es su actitud frente a la vida que pueda explicar su comportamiento.

La actitud de una persona, depende más de su temperamento y de su carácter, o sea de su modo de vivir las experiencias, que de las situaciones reales que le ha tocado vivir; porque la mayoría, en mayor o menor grado, tiene que enfrentar los mismos problemas, los mismos conflictos, las mismas pérdidas; y porque aunque en muchos casos las dificultades hayan sido particularmente extremas y traumáticas, un ser humano tiene la capacidad para poder trascender cualquier condicionamiento.

Victor Frankl (1905-1997), psiquiatra alemán que estuvo prisionero en un campo de concentración nazi en el que vio morir a sus padres y a su esposa con quien hacía poco se había casado; sobrevivió al exterminio porque era médico y porque encontró un nuevo significado a su vida, dedicándose en prisión a imaginar y retener en su memoria lo que posteriormente se convertiría en la teoría terapéutica, que denominó Logoterapia.

La Logoterapia se centra en la búsqueda del significado y del sentido de la vida. Para poder seguir viviendo después de haberlo perdido todo, la búsqueda de significado le vuelve a dar sentido a la vida.

Cuando quedó en libertad emigró a los Estados Unidos y allí escribió el libro "La búsqueda de significado" y ejerció su profesión de psiquiatra hasta su muerte.

A Victor Frankl lo salvó su actitud hacia la vida, a pesar de todos los horrores del pasado no sólo logró sobrevivir al holocausto sino que además pudo rehacer su vida y hacerse famoso con su teoría. No olvidó su pasado, lo trascendió.


Malena