La elección de carrera terciaria o universitaria


La elección de carrera terciaria o universitaria, en una sociedad compleja donde existen gran cantidad de posibilidades de formación, es un proceso que incluye tanto un amplio conocimiento personal como disponer de una completa información sobre carreras tanto de corta como de larga duración y sobre las necesidades laborales de la sociedad en que viven.

Estar completamente seguros de elegir en forma correcta es imposible, porque la seguridad no existe; pero lo que sí pueden hacer es elegir con el mínimo margen de error, siguiendo el camino de la reflexión y ocupándose en conseguir la mayor cantidad de información sobre las carreras que están a su alcance, que coincidan en algún aspecto con sus intereses personales.

Ninguna persona posee una sola vocación, afortunadamente la mayoría es lo suficientemente versátil como para adaptarse a las posibilidades de lograr una formación adecuada en el lugar en que viven.

La cuestión básica es que se conozcan mejor, o sea, saber cuáles son sus habilidades específicas, cómo es su carácter, cuál es su temperamento y su disposición hacia la gente; tener conciencia de qué es lo que les resulta más fácil aprender y no tener prejuicios de ninguna clase, porque el objetivo es poder insertarse en la sociedad, trabajar en lo que les gusta, y al mismo tiempo, poder colaborar en ella.

Pensar solamente en los propios intereses ignorando a quienes los rodean, es una postura que los hará infelices, porque tarde o temprano se darán cuenta de su error; que no son nada si actúan solos y se empeñan en permanecer aislados sin pensar en los demás.

Para elegir carrera hay que atreverse a ser sinceros y reconocer tanto las habilidades que tienen como el nivel de su rendimiento y sus hábitos y actitudes hacia el estudio; así como también saber qué capacidad tienen para el trabajo y si son tenaces en el cumplimiento de sus propios objetivos.

A los jóvenes que no les gusta leer, que no pueden concentrarse mucho tiempo y que no están dispuestos a cumplir con los requerimientos que impone cursar una carrera sino que sólo tienen curiosidad, o quieren tener nuevos amigos y divertirse; les conviene elegir carreras cortas con salida laboral inmediata; porque tienen que tener presente que el principal objetivo de toda carrera terciaria o universitaria es el trabajo.

Los estudiantes que eligen carreras cortas, una vez que se reciben, puedan trabajar y a la vez continuar proyectos más ambiciosos si lo desean, al sentirse estimulados por el hecho de haber sido capaces de haber concretado ese primer objetivo.

La elección de carrera les exige una mayor madurez, para darse cuenta de que el futuro depende solamente de ustedes y que ya no podrán echarle la culpa a ningún otro de su fracaso.

Para elegir una carrera es necesario poder visualizarse en el futuro y comprometerse con un proyecto de vida. Visualizarse en el futuro significa pensar en cómo les gustaría verse dentro de cinco años o dentro de diez años o dentro de veinte años; y el proyecto de vida, que tiene que ser lo suficientemente flexible como para aceptar el crecimiento y el cambio, es imaginar cómo quieren que sea su mundo laboral, familiar y afectivo y estar dispuesto a hacer lo que tienen que hacer para lograrlo.

Resumiendo: Las preguntas claves que un estudiante se debe hacer a él mismo cuando elige una carrera son:

¿Quién soy yo?
¿Cómo es mi temperamento y mi carácter?
¿Qué es lo que me interesa más?
¿Qué habilidades tengo?
¿Me gusta estudiar?
¿Qué trabajo me resulta más fácil hacer?
¿Cuál es mi circunstancia familiar?
¿Cómo me quiero ver a los treinta años?
¿Conozco las carreras que en la actualidad tienen salida laboral inmediata?
¿Qué instituciones terciarias y universitarias tengo más cerca de mi domicilio?

Contestar estas preguntas con sinceridad y procurarse la información sobre todas las carreras, tanto las que les gustan como las que no, los ayudará a elegir una profesión o un oficio en la forma correcta para poder realizarse como personas y poder participar en su ambiente.

Malena