Minimalistas versus Acumuladores Compulsivos


Los acumuladores compulsivos son personas que no pueden desprenderse de cosas inservibles atesorándolas en sus casas, llegando a convertirlas en verdaderos depósitos de basura; y los minimalistas son aquellos que intentan vivir con lo estrictamente indispensable y esencial y centrarse mas en ellos mismos que en las cosas.

Estas son las opuestas actitudes extremas que pueden adoptar algunos de los que viven en una sociedad de consumo, con respecto a las cosas que los rodean.

Los acumuladores temen tirar cosas a la basura porque creen que alguna vez las necesitarán, aunque éste sea un razonamiento absurdo considerando que si llegaran a necesitar algo de lo que guardan jamás lo encontrarían entre la montaña de objetos que se empeñan en conservar.

Los minimalistas, por su parte, apenas tienen lo necesario y suelen saber con exactitud la cantidad de cosas que poseen, porque los objetos que no van a necesitar les producen estrés, los consideran nocivos para la sociedad y el medio ambiente; y negativos para su espíritu.

Los acumuladores a veces son diagnosticados como obsesivos compulsivos pero también se puede tratar de un síntoma de depresión y en algunos casos leves puede ser una forma de vida.

Los acumuladores compulsivos se apegan emocionalmente a las cosas, las cuales adquieren para ellos un significado afectivo mucho más grande del que realmente tienen; y el hecho de conservarlas los hace sentir más seguros.

Fuera del hogar estas personas actúan con normalidad y evitan hablar de este problema, pudiendo continuar con sus vidas en forma aparentemente normal cuando se trata de casos leves pero en los casos más extremos, esta condición puede afectar seriamente su vida de relación y crearles problemas físicos graves.

Los acumuladores compulsivos llegan al extremo de no dejar lugar para que duerman sus hijos e impedir a sus familiares invitar a alguien a la casa debido al desorden que provoca la cantidad de cosas que hay por todos lados.

En general, todos solemos guardar cosas aunque no las necesitemos, pero esto es normal hasta cierto punto, luego se puede convertir en una obsesión, cuando el lugar donde vivimos se convierte en un caos.

Los minimalistas representan la versión opuesta a los acumuladores; conservan sus casas impecables al extremo, con muebles escasos, no colocan adornos ni tampoco cuadros en las paredes, su ropa luce ordenada en los placares con toda perfección y cada cosa se encuentra en su lugar.

La filosofía del minimalista se basa en la idea de que hay que vivir con lo necesario y con lo que se va a usar, de que comprar cosas es perder tiempo y que acumular objetos crea confusión en la gente. Es un estilo de vida, llegar a tener conciencia de qué es lo importante y qué es lo superfluo y poder disfrutar de lo poco que se tiene.

Para el minimalista lo esencial es la relación con otras personas y no con las pertenencias. Esta manera de pensar se esta difundiendo en Estados Unidos y en Europa donde ya existen cientos de personas que viven, porque así lo desean, con sólo lo que pueden cargar en su mochila. Con esta forma de vida buscan lograr la paz interior y liberarse del estrés deshaciéndose de lo que no necesitan y no consideran indispensable, porque piensan que las cosas terminan por controlar sus vidas.

El minimalismo permite enfocar la vida en lo que realmente interesa y no en las cosas, y lo mas importante es poder darse cuenta que la mayoría de los objetos que se compran no se necesitan.

La idea es llegar a sentirse bien sin comprar y sin tener tanto y descubrir que hay cosas mucho más importantes en la vida.

No obstante, tanto el minimalista como el acumulador compulsivo están obsesionados con las cosas, unos porque no pueden soportar que éstas invadan sus vidas y los otros porque no pueden privarse de ellas.

Sin embargo, cabe destacar que mientras el minimalismo orienta la vida hacia la búsqueda de los verdaderos valores, el acumulador se estanca en la inmediatez de las cosas y termina siendo esclavo de ellas.

Malena

Fuente: LNR; 10/2011; "Poseer o no poseer ésa es la cuestión"; Josefina Salomón.