Aprende de tus errores


Cada error que cometemos nos está enseñando algo nuevo, por eso, un error termina siendo bueno si aprendemos de él.

Todos hemos crecido cometiendo errores, sin embargo, cuando ya somos adultos tendemos a ser demasiado severos con nosotros mismos y a no perdonarnos nuestros errores.

Si nunca cometiéramos ningún error no avanzaríamos en la vida ni aprenderíamos nada, porque los errores son los escollos que encuentran los que se atreven a hacer algo nuevo.

Cometemos errores cuando ejercemos nuestra libertad para tomar decisiones, porque podemos equivocarnos y sufrir; solamente si aprendemos de ellos no volveremos a sufrir.

Cuando no se pueden aceptar los propios errores, para evitar el sufrimiento, se le echa la culpa a otro, pero entonces no se aprende de ellos.

Hay que dar gracias por los errores cometidos porque de ellos se ha aprendido, y transformarlos en bendiciones, porque los errores que no se aceptan atraen más errores pero las bendiciones atraen más bendiciones.

Agradece todas las bendiciones que surgen de cada error que cometes y verás como tu vida cambia y ya no será tan difícil para ti aceptar que te has equivocado.

El que se enorgullece de no cometer errores demuestra ser arrogante y soberbio mientras el que acepta sus errores tiene la humildad suficiente para reconocer que no es perfecto.

El error nos hace más humanos; y si los reconocemos, mejora nuestra imagen frente a los demás y podemos relacionarnos mejor; porque el problema de los errores que cometemos es no darnos cuenta de ellos y sufrir.

Tomar conciencia de los errores te permite cambiar hábitos, decisiones, conductas, actitudes, el rumbo de tu vida y la opinión que los demás tienen de ti.

Los errores te ayudan a recordar que puedes fallar y que eres perfectible pero no perfecto.

Agradece todo lo que has aprendido de tus errores porque te han permitido madurar y cambiar.

Malena

Fuente: “El Método”; Lita Donoso Ocampo