Envejecer con estilo


Parece ser que las francesas son las mujeres que pueden desafiar la edad sin ser esclavas del gimnasio, de las dietas de moda y sin apelar demasiado a la cirugía; y el secreto radica esencialmente en no perder su estilo.

Prefieren más deleitarse en un spa que torturarse haciendo ejercicios físicos, combinar bien su vestuario en lugar de ponerse lo que se usa, caminar con desenvoltura estando satisfecha consigo mismas y adquirir destreza para maquillarse en forma moderada y natural.

Sucede algo poco común en ellas, porque aún siendo jóvenes, en lugar de tapar sus defectos físicos los realzan, convirtiéndolos en un indicador único de su propia personalidad.

El aspecto de algunas francesas que llegaron a ser famosas, como por ejemplo, Catherine Deneuve, confirma la hipótesis de que para seguir siendo atractiva a cualquier edad no es necesario encontrar procedimientos engorrosos o cruentos para lograrlo, sino disfrutar y gratificarse con el cuidado personal.

Una regla estricta para quienes desean lucir atractivas y deseables siempre es no subir de peso nunca, comiendo de todo pero muy poco evitando los excesos y el alcohol, que es la única forma de mantenerse.

Los gimnasios no son para las francesas una opción, porque definitivamente para ellas, la única forma de quemar calorías es disfrutando de una agradable caminata diaria.

En lugar de sufrir incomodidades haciendo abdominales, prestan mayor atención a los tratamientos de belleza que brindan los spa, contra las arrugas, la celulitis o la flacidez de la piel, con baños de agua de mar o de barro, mediante envolturas en algas marinas, con masajes, aromaterapia, etc., todos procedimientos útiles para relajar, tonificar y flexibilizar el cuerpo, que al mismo tiempo gratifican a las mujeres con unos días de placer y de descanso.

El cuidado de la piel para las francesas es prioritario, no por nada ocupan uno de los primeros lugares en cuanto a la cantidad de dinero que gastan en productos para el rostro con respecto a mujeres de otras partes del mundo.

Las francesas que se aventuran a someterse a alguna cirugía plástica tienen como objetivo conservar sus propios rasgos naturales sin pretender parecerse a alguna imagen ideal que esté de moda; porque las modas cambian y lo mejor para ellas es mantenerse igual a sí mismas.

En cuanto al cabello, lo que prefieren es un buen corte todos los meses y una coloración razonable que luzca natural.

La diferencia radical de las francesas es que el envejecimiento no es tanto una cuestión física sino mental para seguir siendo hermosas con el paso del tiempo, estando dispuestas a seguir apostando al amor de una pareja, de familiares y de amigos y principalmente al amor por ellas mismas.

Malena