Elijo ser feliz


Ser feliz es una elección, porque frente a un hecho irreversible y desgraciado elegimos la forma en que lo vamos a asumir, derrumbarnos y caer en una depresión o aprender de ello.

De todos modos no hay vuelta atrás y hay que seguir viviendo y el futuro dependerá de cómo enfrentamos la vida ahora.

La aceptación nos ahorra muchos sinsabores y lo contrario no nos conduce a nada, bloquea nuestro desarrollo y crecimiento y nos impide seguir adelante.

Según un estudio realizado por la agencia TNS Gallup y Universidad de Palermo, la familia, el amor y la salud son los principales motivos para ser feliz para los argentinos y contrariamente a lo que eventualmente supone la mayoría, el dinero no figura entre las diez primeras razones que les proporciona felicidad.

Las personas son felices por distintos motivos, pero parece que en general, lo que más les impide ser felices son los problemas laborales y económicos.

Según la ley de atracción, las personas con actitud positiva atraen a quienes también son positivos; sin embargo no muchos están dispuestos a llevar esta premisa a la práctica en la vida cotidiana.

Aunque la mitad de los encuestados afirman que les gustaría tener esta actitud en su vida, no pueden salir de su inercia y continúan actuando siempre igual, reaccionando con pesimismo frente a los problemas, sin reflexionar, aunque no les resulte efectivo.

Para Aristóteles la felicidad es la máxima aspiración humana, que solamente se puede lograr llevando una vida virtuosa, actuando con moderación y prudencia, teniendo la fortaleza de afrontar la adversidad con coraje y ética, siendo equitativos y justos y con disposición hacia el bien.

Un concepto más moderno considera la felicidad como un proceso de búsqueda y realización del sentido de la vida que se logra con el cumplimiento del proyecto personal; porque solamente una vida llena de significado hace que un individuo sienta que es digna de ser vivida.

Todo ser humano tiene la libertad de elegir buscar la razón de su propia existencia para poder desarrollar plenamente su vida, porque la felicidad no depende de los logros materiales ni de otras personas, sino de uno mismo.

Las encuestas muestran que son más felices quienes ayudan a los demás que los que piensan solamente en su propia persona y la mayoría cree que todo lo que les den a otros, les volverá algún día.

El que quiere ser feliz, ya es feliz, porque la felicidad es una cuestión de voluntad, voluntad de Ser quien uno Es y no es un momento fugaz de alegría.

Ser feliz implica haber tomado la decisión de asumir la vida aceptándola como es y tener la capacidad de comprender que todo lo que ocurre tiene un sentido más profundo que aún no logramos entender.

No podemos pedirle a alguien que nos haga feliz porque eso es imposible, los otros pueden llenarnos la vida de alegría, pero como otros, en tanto que otros, también están transitando su propio camino tratando de encontrarse a si mismos.

La felicidad es ausencia de conflicto, es haber logrado la paz interior, es poder disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, es ser capaz de amar y lograr relaciones estables y sinceras, es hacer lo que a uno más le gusta, sin esperar reconocimiento por ello.

Ser feliz implica aceptar el desafío de la vida, que es la oportunidad que tiene todo ser vivo de improvisar sobre la marcha haciendo lo que puede, proponiéndose metas y llegar a cumplirlas.

No tenemos que esperar que todo nos vaya bien para ser felices, sino que tenemos que elegir ser felices para que todo nos vaya bien.

Malena

Fuente: “El arte de no amargarse la vida”; Rafael Santandreu, psicólogo español. “La felicidad como elección”; Sergio Sinay