Tecnología para discapacidades físicas y psíquicas


El avance de la tecnología a veces nos apabulla obligándonos a adaptarnos al funcionamiento de aparatos cada vez más sofisticados cuyos libros de instrucciones, cada vez más grandes y más difíciles de entender, no alcanzan a aclarar todos sus misterios.

Sin embargo, en el área de la salud, los que se benefician con ella pueden opinar en forma muy distinta, si por ejemplo se trata de una persona tetrapléjica que usa sus ojos para escribir en una computadora, o de un niño de cuatro años sordo cuyos implantes cocleares le permiten oír o de un anciano con Parkinson que puede controlar mejor sus movimientos jugando con consolas de videojuegos.

Para estas personas y para muchas más en el mundo, la tecnología constituye una forma eficaz de liberarse de las limitaciones y de mejorar la calidad de vida.

Por ejemplo, la conexión a Internet le puede devolver las ganas de vivir a personas mayores, a quienes padecen de depresión, a los que han sufrido grandes pérdidas y a quienes no pueden salir de sus casas por alguna razón.

El implante coclear permite a quienes no pueden oír, percibir los sonidos de una manera diferente a los que tienen audición normal.

Consiste en unos micrófonos muy pequeños que transmiten sus vibraciones a un procesador de lenguaje que a su vez las transmite al nervio auditivo como señales electrónicas. Un segmento del aparato se implanta dentro del cráneo y la otra sobre el cuero cabelludo sostenido desde la oreja con un imán.

La consola de video juegos que capta los movimientos y no precisa "joysticks" para utilizarla, puede ser una terapia de rehabilitación y mejorar la función motora de enfermos de Parkinson, mucho más divertida y efectiva que los tradicionales y aburridos ejercicios que se practicaban antes.

Esta nueva terapia hace que los pacientes se entusiasmen con la rehabilitación y logren mejores resultados.

Los enfermos lesionados cerebrales tetrapléjicos pueden utilizar sistemas informáticos para comunicarse sin mover el cuerpo ni hablar.

La máquina interpreta el movimiento de su cabeza, mueve el cursor en la pantalla y puede seleccionar de un teclado virtual las letras en la pantalla; y si elige la opción “leer” la computadora leerá por él lo escrito para que los que están alrededor lo escuchen.

Este sistema se llama HADA y consta de tres módulos: el que se ocupa del seguimiento facial, creado en una universidad de Budapest; el que administra los teclados virtuales que desarrolló un catalán; y el que hace el click que se acciona con la mirada fija en un punto o moviéndolo con el músculo que pueda operar el paciente. Más de mil personas en todo el mundo ya descargaron gratis este software de la Web.

Malena

Fuente: “LNR”; 08/2011; “La Tecnología que cura”; Martina Rua.