El amor manipulador


En una pareja, lo más común es que haya uno más interesado en la relación que el otro. No es que ambos no se quieran, sólo que uno de ellos puede tener más alta la autoestima, controlar más sus emociones, ser más positivo, sentirse más seguro de sí mismo y no ser celoso. De esta forma, puede disfrutar de la relación, al no involucrarse demasiado emocionalmente. Pero si esta persona llega a notar que su pareja está demasiado enganchada y se muestra incondicional, puede aprovechar esta circunstancia para manipularla a su antojo.

La manipulación en el amor es el arte de lograr que la pareja cambie su conducta, modos de ser, proyectos, vestimenta, hábitos, forma de pensar y hasta de amigos debido a la dulce influencia del otro que la convence con las más hábiles y sofisticadas técnicas de todo lo que le gusta.

A un manipulador es imposible decirle que no, contrariarlo o discutir con él, porque despliega todas las estrategias necesarias e hipnotiza a su víctima, para lograr todos sus propósitos.

El arte de manipular se despliega ni bien se conocen, de una manera muy sutil, y se manifiesta con pequeñas insinuaciones, comentarios o francas recomendaciones y dobles mensajes que luego se convierten en un hábito y como Pigmaleón el manipulador se dedica a esculpir en su pareja un nuevo ser, según sus caprichosas preferencias.

- Te hicieron un buen corte pero con el pelo largo te ves divina.
- Estás muy mona pero ¿No está demasiado corta esa pollera?
- Me encantaba tu barba, puede decir ella cuando él se la afeita.
- Esa carrera que elegiste, ¿no te obliga a viajar demasiado?
- Yo se que tenías mucho interés en salir de vacaciones ahora, pero mejor lo postergamos un poco y así podemos quedarnos un día más, habla con tu jefe para que te cambie la fecha de la licencia.
- Tienes bastante barriguita, pero me encanta.
- Tu amiga es bastante loquita, ¿no te parece?
- ¿Cómo te puede gustar ese programa?, desliza al pasar cuando su pareja mira televisión.

De algún modo, todos intentan cambiar a su pareja según sus expectativas porque al idealizarla no lo pueden aceptar como es. Pero a veces, si el nivel de tolerancia del otro es alto, esto se hace crónico y comienza a transformarse en una continua crítica que puede llegar a malograr la relación.

Aceptar al otro como es, es difícil, porque en general la gente se enamora de un ideal y no de una persona concreta. La prueba de ello es que se suelen sentir más enamorados cuando no están juntos.

Si permiten ser manipulados ni bien empieza la relación, este comportamiento continuará socavando la relación casi sin que ninguno de los dos se dé cuenta, hasta que un día desbordará el vaso y estallará la reacción con toda la fuerza de la bronca acumulada desde el comienzo.

Existe gente capaz de vivir sometida por otra, ligada por un vínculo enfermo y hacer todo lo que le pide renunciando a ser quien es, por distintas razones, ya sea por depender de esa persona, por los hijos, por la posición social, y también porque la aman a pesar de todo.

Pero cuando el amor deja de proporcionar felicidad y lo único que da es sufrimiento, hay que tener el coraje de hacerle frente a la situación e intentar cambiar las cosas; porque todos tienen derecho a ser quienes son y cada uno puede elegir la vida que quiere tener, con las decisiones que toma.

Malena