Cómo reavivar la pasión en la pareja



Toda relación de pareja pasa por las mismas etapas y no todos logran superarlas, por eso es necesario conocerlas para que la rutina y los problemas cotidianos no afecten el vínculo ni terminen con la pasión.

Una pareja es una unidad formada por dos personas diferentes; cuando uno de sus integrantes sufre un desequilibrio puede afectar esa relación aunque no se trate de un problema entre los dos.

El fenómeno más común que se produce en una pareja después de los primeros tiempos de vida juntos es la pérdida de la pasión, el aburrimiento sexual, la ausencia de nuevas sensaciones que lleva a que ambos o alguno de los dos busquen en otra persona el estímulo que necesitan y    que creen que su pareja no les proporciona.

No obstante tratarse de personas con mucha experiencia sexual, la mayoría de ellas no ha llegado a aprender el verdadero arte de la sensualidad y se maneja con pautas estereotipadas que se reducen a la práctica del coito al nivel de un ejercicio físico, con el objetivo de descargar tensiones.

Es innegable que pueden estar  cansados,  después de haber trabajado todo el día;  y que además,  no tengan demasiado tiempo para prolegómenos, ya que para muchos el acto sexual parece ser un trámite más,  de la larga cadena de tareas del día, y que es probable que estén esperando con mayor interés, el feliz momento de por fin darse vuelta y dormir.

Ellos no saben que más allá del propio coito está la sensualidad, o sea el deseo de dedicarle tiempo a la pareja para proporcionarle el placer que brindan por ejemplo,  las caricias y los masajes con aceites esenciales en todo el cuerpo, desde la punta de los dedos de los pies hasta la cabeza; porque estas sustancias tienen propiedades afrodisíacas que ayudan a descubrir nuevas sensaciones a partir del tacto.

Pero también es importante que las parejas conozcan las etapas que van a atravesar durante una relación,  desde que comienza hasta que se transforma en amor verdadero.

Durante la luna de miel los enamorados se sienten fusionados y alienados uno en el otro.  En este período, a ambos todo les parece perfecto y no pueden registrar en su pareja ningún defecto.

Pero este estadio termina cuando alguno de los dos comienza a diferenciarse y a pretender actuar en forma individual.

No todos pueden pasar esta fase con éxito; algunos se quedan fijados a ella, y no es raro que experimente una sensación de abandono con cada conducta individual del otro.

En este momento es cuando se suele producir la primera crisis que puede ser más o menos grave según la personalidad que tenga cada uno.

Para superar este momento es necesario negociar con humor y favorecer la diferenciación para mantener la armonía en la relación.

Si la negociación fracasa siempre se puede recurrir a la ayuda de un terapeuta para que cada uno se pueda conectar con sus propios intereses sin afectar su unión.

Con el tiempo, cada uno irá mostrándose como es y los choques que se producirán pueden ocasionar desgaste de la relación y provocar desilusión en ambos.

Esta situación ayuda a que ambos se den cuenta que la pareja no lo es todo y que la auténtica felicidad interna se debe encontrar en uno mismo.

Si la realización de sus proyectos personales puede ser comprendido y compartido por el otro, que no los considera un obstáculo contra el cual tendrá que competir;  la relación pasará a una nueva fase más madura que redefinirá un nuevo modo de vivirla,  más favorable para los dos.

El diálogo es importante en esta fase para saber en qué medida ambos han progresado en la relación.

Una vez que la pareja ha marcado sus límites y se sienten libres para realizarse, se vuelve a producir un nuevo acercamiento entre ellos pero manteniendo cada uno su propia individualidad y sin caer en simbiosis.

Esta es la etapa de la consolidación, cuando ambos se apoyan mutuamente en sus proyectos, sin perder de vista la búsqueda de objetivos comunes para compartir.

Con el tiempo la pareja crece lo suficiente como para sentirse segura y en armonía, ambos satisfechos con sus propias vidas y con una relación que ha priorizado el crecimiento sin caer en la dependencia.

Malena