Bases cerebrales del miedo y la ansiedad


El miedo es la respuesta de todo ser humano frente a un peligro real; en tanto que la ansiedad, es la emoción que producen ciertos estímulos menos definidos, que causan incertidumbre sobre la posibilidad de una amenaza que puede imaginada.

Ambas respuestas ayudan a adaptarse a los seres vivos y a eludir situaciones peligrosas.

Pero en ciertos casos, cuando el miedo o la ansiedad se desencadena en forma exagerada frente a estímulos inofensivos como ocurre en el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias o en el ataque de pánico, esta respuesta se considera una patología neuropsiquiátrica.

Las investigaciones realizadas con animales, mostraron que la región de la corteza prefrontal es la que participa en la regulación del miedo y la ansiedad; y los estudios con personas que padecen esa patología neuropsiquiátrica revelan alteración de las funciones de dicha zona cerebral.

En la Universidad de Cambridge, los científicos en esa área utilizan para sus investigaciones un primate americano con el objetivo de lograr relacionar sus reacciones con la de los humanos para intentar comprender con mayor claridad este comportamiento y las consecuentes respuestas cardiovasculares.

La investigación con estos primates confirmó que es la zona del lóbulo frontal, la corteza orbitofrontal, la que participa en las respuestas emocionales.

En otro trabajo publicado en 2012 en Biological Psychiatri, se destaca que las lesiones del área orbitofrontal como de la corteza ventrolateral prefrontal adyacente, incrementan el miedo de los primates condicionados para esta prueba y que su miedo es más difícil de extinguir.

Se puede inferir entonces que dos subdivisiones de la corteza prefrontal, la orbitofrontal y la ventrolateral son las que participan en forma independiente pero conjunta en el control de las emociones negativas, en primates.

El resultado de estas investigaciones tiene gran importancia para poder desarrollar terapias más efectivas y puntuales para pacientes que sufren de trastornos neuropsiquiátricos que se relacionan con el miedo y la ansiedad.

Aunque no se deben minimizar los efectos del estrés que produce el estilo de vida que se lleva en las grandes ciudades, debido a la alta competencia y a las mayores exigencias a las que se ven sometidos a diario sus habitantes.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro”; No.58/2013; “El miedo en el cerebro”; Carmen Agustín Pavón del Centro de Regulación Genómica, Barcelona.