Sueños lúcidos


Algunas veces, los sueños pueden ser agradables pero también tan inverosímiles y terroríficos que mientras los estamos soñando podemos reconocer que no son reales e incluso hasta podemos ser capaces de modificar su contenido sin despertarnos, en un nivel de conciencia entre el sueño y la vigilia.

Cuando una persona se da cuenta mientras sueña de que lo vivido en sus sueños no es real se puede decir que ha tenido una experiencia de sueño lúcido y esto lo experimentan ocho de cada diez personas por lo menos una vez en la vida.

Los sueños nos hacen vivir una realidad diferente en la que predominan las emociones intensas y aunque todos tenemos sueños diferentes, algunos de ellos se asemejan a los de la mayoría de las personas, pero desde el marco teórico del psicoanálisis, su significado inconsciente puede ser diferente.

La investigación más exhaustiva de los sueños fue la que realizó Sigmund Freud, quien sostenía que el contenido de los sueños es la “vía regia” al inconsciente, o sea que el sueño es la mejor forma de llegar a conocer los deseos reprimidos inconscientes, inclusive una pesadilla, ya que el inconsciente, que es puro instinto, no tiene moral.

El sueño se desarrolla en el presente y el soñante mientras sueña, no tiene conciencia, ni tiene en cuenta las consecuencias de sus actos.

Los sueños se producen en la fase REM (rapid eye movement) del dormir, o sea cuando se puede observar a través de los párpados cerrados el movimiento rápido de los ojos que indica que el soñante está visualizando escenas oníricas y una serie de imágenes en movimiento. También se escuchan sonidos o conversaciones e incluso nos oímos a nosotros mismos hablando, a veces en otros idiomas.

Las investigaciones con personas sordas de nacimiento muestran que algunos refieren oír hablar a otras personas y qué cosas dicen, aunque jamás hayan percibido en sus vidas señales acústicas.

Los sueños lúcidos acontecen en ciertos estados intermedios de la conciencia, en los cuales el cerebro reflexiona sobre lo experimentado durante la vigilia.

Por lo general nunca recordamos exactamente el sueño que hemos tenido porque la memoria produce distorsiones.

Los sueños en general son involuntarios y los sueños lúcidos también y con frecuencia resultan perturbadores.

Los científicos están estudiando en qué medida los sueños lúcidos pueden ser utilizados en las terapias para tratar los desequilibrios emocionales de los pacientes, como por ejemplo ayudar a disminuir la ansiedad generalizada y algunas fobias.

Por otro lado, los sueños lúcidos podrían facilitar el dominio de complejos movimientos del cuerpo ya que durante la fase onírica todos podemos ser capaces de realizar verdaderas hazañas, de tener destrezas extraordinarias, de volar, de saltar a gran altura, atravesar paredes y hasta de hacer desaparecer objetos.

Malena

Fuente: “Mente y Cerebro”; No.62/2013; “Sueños lúcidos”; Úrsula Voss; profesora de psicología en la Universidad Johann Wofgang Goethe en Fráncfort del Meno.