La Madurez


Osho nos dice que la madurez es la responsabilidad de ser uno mismo.

Madurar no es lo mismo que envejecer, porque todos irremediablemente envejecen físicamente pero no todos maduran.

Madurar es crecer interiormente y surge de la conciencia; y solamente los que envejecen de una manera plenamente consciente se vuelven maduros; o sea que el envejecimiento más la conciencia es madurez.

Una persona no es consciente cuando no presta atención a lo que ocurre, está como ausente y lo que pasa no le deja ninguna huella ni le ha enseñado nada. Puede recordarlo con su memoria pero no lo ha podido incorporar a su sabiduría ni tampoco esa experiencia lo ha hecho crecer.

La persona madura aprende de sus errores y no los vuelve a cometer, en cambio el inmaduro será un viejo que seguirá cometiendo los mismos errores de siempre porque no ha logrado aprender nada.

El que madura ya no necesita pensar en el mañana porque la vida misma decidirá por él ya que los acontecimientos serán consecuencia de cómo ha vivido.

La persona inmadura se enfada siempre por las mismas cosas y no se da cuenta de las consecuencias de su enfado. Una persona es madura cuando se da cuenta que su enfado no vale la pena y que solamente la daña a sí misma, o sea cuando es consciente de lo que le puede pasar cuando se enfada y aprende de su experiencia.

El entendimiento aumenta día a día a medida que prestamos atención y estamos plenamente conscientes de lo que está sucediendo.

Un anciano no es sabio por ser viejo, es sabio cuando ha aprendido de sus experiencias y se comporta en consecuencia.

Para Osho, el hombre maduro es inmortal y que este es el mensaje de todos los que están despiertos (los Budas y los Cristos) , porque ellos han vivido su muerte, la han conocido y descubrieron que la muerte te puede rodear pero si estás despierto tu no mueres.

Ser consciente nos lleva a la dicha infinita y a la verdad absoluta, sin embargo el hombre prefiere permanecer dormido e inconsciente, porque supone que siendo consciente sentirá dolor y sufrimiento, pero lo malo es que tampoco podrá sentir placer, porque si no quiere sufrir la felicidad desaparece.

La vida es sufrimiento y placer y hay que ser conscientes de ambos. Quien se da cuenta de esto puede ser muy feliz pero también será capaz de sentir profundamente la infelicidad.

La iluminación nos vuelve más felices pero también mucho más sensibles al dolor y al sufrimiento, ya que para alcanzar el cielo las raíces tienen que llegar al infierno.

El miedo es lo que hace que seamos inconscientes pero sólo conociendo el dolor y el placer, o sea la dualidad de todas las cosas, se puede trascender.

El que desea vivir en el éxtasis y rechaza la agonía no puede darse cuenta del éxtasis, porque no quiere tener conciencia de su opuesto.

Una vida sin muerte sería un sufrimiento insoportable, una existencia imposible, porque es la muerte la que define a la vida y la hace más intensa.

Recién uno puede sentir gusto por la vida y ser libre cuando está dispuesto a aceptar lo que venga sin alterarse ni enojarse, porque se da cuenta que la muerte no es el final sino el principio de algo nuevo.
Malena
"Madurez"; Biblioteca Osho