Belleza femenina, vuelven las curvas


Cuando nace una nueve tendencia en la moda, se anuncia también la extinción de la anterior, esta vez se refiere al fin del arte del sin sentido contrario a la naturaleza que es la delgadez extrema como símbolo de la perfección y el principio de la vuelta a la razón.

Se terminan por fin las caras lánguidas, los cuerpos desgarbados y esqueléticos, las bolsas de huesos, las eternamente inapetentes y las hambrientas insatisfechas que buscan un lugar en las pasarelas a toda costa. Ahora tendrán que engordar porque así es la moda, un día una cosa otro otra.

Las mujeres de la realidad se hacen lugar y avanzan dejando atrás una era de fracaso estético basada en un ideal inexistente, la forma sin forma con la misma elegancia que puede tener una percha de madera.

Poco a poco la mujer vuelve a ser real y tal cual es, una individualidad que no se repite, un carácter único, una personalidad que se destaca por su forma de caminar, de mirar, de mostrar lo que lleva puesto con elegancia y naturalidad.

La revista Vogue italiana confirma el fin de la era de las mujeres flacas como juncos y recibe con beneplácito a las curvas inaugurando una muestra de talles desde el cuarenta para arriba.

No significa esto que ahora las mujeres tendrán que ser gordas o rellenitas sino que simplemente sean saludables y que se sientan bien con el cuerpo que tienen.

Ha llegado la hora de las mujeres sanas que pueden disfrutar de la comida y lucir espléndidas como son, con sus curvas genuinas, sin necesidad de recurrir a las siliconas.

Surge así una campaña internacional que busca que las modelos recuperaren la salud y como primera medida no emplearán modelos menores de 16 años, demasiado delgadas, que presenten signos de sufrir algún desorden alimenticio.

La anorexia, indiscutiblemente está asociada a los dictados de la moda del siglo pasado, que se empeñaba en interpretar como perfecta, la forma escuálida de un cuerpo humano.

La anorexia, que es el desorden alimenticio que se manifiesta dejando de comer y que puede provocar la muerte, aqueja tanto a varones como a mujeres de 12 a 25 años.

Curiosamente el mundo de la moda, que es el principal responsable de este fenómeno y que contribuyó en gran parte a la creación de un ideal de mujer y de hombre que no existe, es ahora el que pretende cambiarlo, priorizando la salud y no el talle.

Termina así la tendencia de las masas del siglo XX, asociada sólo al consumo, por extralimitarse, llegar a la exageración y producir resultados nefastos; dando paso a un nuevo paradigma basado en el respeto a la naturaleza, el cuidado del planeta, el reconocimiento de la individualidad, el triunfo de la ética sobre la estética, la conciencia de la solidaridad y la intención de llevar adelante negocios justos.

Las casas de moda más importantes ya no buscan ideales de perfección sino mujeres y hombres reales, de varios talles, edades diferentes y estructuras físicas distintas que estén conformes con ellos mismos y orgullosos de su aspecto.

La moda discriminatoria vulnera el derecho a vestirse y a ser aceptado como se es, imponiendo estereotipos que no coinciden con la realidad y que solamente pueden alcanzar, los que sufren una patología alimenticia.

Malena

Fuente: LNR; “La moda en su crisálida”; Gisela Antonuccio.