El amor romántico



El romanticismo es un movimiento literario que se opone al racionalismo y al clasicismo que tiene su mayor expresión entre los años 1790 y 1820 y cuya influencia se extendió a otros ámbitos de la cultura.

El rasgo común del romanticismo es priorizar la expresión de las emociones y sentimientos dejando de lado lo aprendido y el respeto por las reglas sociales.

En el arte, el romanticismo significó una reacción a la rigidez académica y a los modelos antiguos en favor de una mayor libertad de expresión y de la exaltación de la naturaleza.

En la música el romanticismo rompe todas las reglas y leyes musicales para permitir expresar sin límites, las emociones y los sentimientos, otorgándole a los sonidos poder evocador e inspirador y hasta la posibilidad de revelar intuiciones suprasensibles.

Desde el punto de vista humano ser romántico significa ser sentimental, generoso y soñador, indiferente a las cosas materiales y a la práctica.

El romántico pierde la noción de las formalidades y las costumbres y se maneja sin límites ni condiciones.

El amor romántico lo expresa muy bien William Shakespeare en su novela “Romeo y Julieta”, en la que relata un amor apasionado pero imposible en una realidad caracterizada por los prejuicios, el odio entre familias y los intereses.

En la actualidad, ningún amor, por más sincero y auténtico que sea puede resistir el hambre, el frío y las necesidades más elementales. Todos necesitamos cada vez más cosas y si no las tenemos podemos perder muchas oportunidades y sentirnos aislados.

El amor romántico no basta para ser felices, también se necesita una casa para vivir y todo lo que tiene que tener adentro para poder habitarla, educación para los hijos, un trabajo creativo que los haga sentir plenos, descanso suficiente y recreación sana.

Se puede amar con todo el corazón también con los pies en la tierra, sin olvidar que formamos parte de una sociedad que ya existía cuando nacimos y que bien o mal nos ayudó a crecer y a madurar.

Se puede amar sin dejar de lado todas las otras cosas que también forman parte de la vida y que se necesitan para poder seguir viviendo.

Por eso, nunca pierdan de vista la realidad en que viven por más amor que sientan, porque el amor se escurre como el agua si ese amor pretende vivir del aire, libre de condicionamientos y de obligaciones, y además no se olviden también de ser agradecidos, a sus padres por haber nacido y crecido y a todos los demás a quienes les deben, haber sobrevivido.

Malena