El Horóscopo, una ciencia oculta


Hasta lo más escépticos no pueden evitar la tentación de leer su horóscopo si tropiezan con él cuando están hojeando una revista.

Nadie cree en brujas pero que las hay las hay, dice el refrán. ¿Cómo creer en la influencia de los astros en nuestras vidas aún en esta época, cuando una persona tiene una formación académica y necesita para sostener una teoría la fuerza de la evidencia?

La magia en este caso está en creer sin ver, dejarse llevar por lo que dice el horóscopo y no sentirse tan solo cuando se tienen que tomar decisiones.

Antiguamente, los monarcas hacían confeccionar sus propias cartas natales y las de toda la familia y los oráculos los ayudaban a dar sus órdenes.

En esa época el horóscopo era también una forma de predecir fenómenos naturales, ya que se podían observar ciertas regularidades a través del tiempo.

La rueda del zodíaco contiene todos los posibles acontecimientos que pueden ocurrirle a un ser humano en su vida y esta serie de fenómenos que traducen los astros proviene de la antigua sabiduría egipcia.

El horóscopo pertenece al terreno de todo aquello que está más allá de la razón y que puede ser discutible pero nunca pasar desapercibido.

Hay gente que consulta periódicamente con un astrólogo, principalmente cuando está pasando por situaciones difíciles. Quiere saber qué dicen los astros que transitan por su signo sobre esas circunstancias y cuáles serán las posibilidades de que se resuelvan favorablemente sus problemas.

Las palabras del astrólogo suelen ser tenidas bien en cuenta y pueden llegar a alterar el curso de sus vidas. Claro que las personas suelen ser selectivas y tomar del astrólogo el consejo que más le conviene, que por lo general tiene más de sentido común que de profecía.

En cierto modo el horóscopo puede ser interpretado como un test proyectivo, ya que puede tener significados distintos según quien sea el consultante, por eso no hay dos horóscopos iguales aunque las fechas de nacimientos sean las mismas.

Por lo general, la gente se siente inclinada a prestar más atención a los aciertos que a los errores, lo que refuerza la creencia en el poder predictivo del horóscopo.

La habilidad del astrólogo consiste en adaptar lo que dice el horóscopo a cada uno y ningún vaticinio es bueno o malo, sólo indica las posibilidades favorables o desfavorables que existen en la ocurrencia de los fenómenos.

El pensamiento mágico ayuda a la gente a enfrentar la incertidumbre y tener la explicación que necesita.

Lo positivo de esta práctica es que la predicción refleja en gran parte los deseos más profundos de una persona y la puede motivar a continuar luchando por lo que cree.

La carta natal satisface el deseo de saber quién uno es, conocer su identidad, qué camino seguir, qué hacer y hacia dónde orientar los esfuerzos.

En general, la gente en el fondo sabe lo que quiere, pero se debate en la duda y no se anima; la tarea del astrólogo es darle a su consultante a partir del horóscopo, el empujón que necesita.

La revolución solar se hace una vez por año, desde un cumpleaños hasta el siguiente, y revela las áreas que presentarán dificultades y las que resultarán fáciles de transitar. De esa manera, se estará más dispuesto a aceptar las circunstancias y no insistir en ir en otra dirección.

Como ocurre en todas las cosas, la clave del horóscopo es ayudar a la gente a atreverse a creer en sus propios deseos.

Hace unos años aprendí algunas cosas sobre Astrología y también sobre el Tarot, porque ambas disciplinas se relacionan. En algunas ocasiones, muy pocas, hice algunas tiradas de cartas a algunas personas conocidas que me lo pidieron y créase o no, la magia, a lo largo del tiempo, funcionó.

Malena