Publicado el 2014/07/23 por Psicóloga Malena Lede
La disfunción eréctil o impotencia masculina
La disfunción eréctil puede tener causas orgánicas y también psicológicas. Me dedicaré a las posibles causas psicológicas que pueden provocar este trastorno.
Si el hombre es joven y sano físicamente y ha logrado una identificación positiva masculina con su progenitor o bien con la persona sustituta del mismo sexo, después de la pubertad se sentirá inclinado naturalmente hacia el sexo femenino y responderá adecuadamente en el momento de una relación sexual; si al contrario, se ha identificado con su madre y rechaza al padre o a su sustituto, es altamente probable que preferirá elegir una pareja homosexual, en la búsqueda inconsciente de un padre.
La identidad sexual es la que condiciona las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer, que si es negativa tanto en uno como en otro, llevará a sufrir de disfunción eréctil en el hombre y falta de deseo sexual en la mujer.
La dificultad para relacionarse con mujeres a edad temprana y la carga hormonal hacen que en la adolescencia un varón pueda tener relaciones homosexuales con sus compañeros o amigos en forma ocasional o esporádica urgido por sus impulsos, sin implicar estas circunstancias la existencia de una homosexualidad irreversible.
Para el Psicoanálisis, la homosexualidad es una etapa normal del desarrollo que puede permanecer como única satisfacción sexual si la persona ha adquirido ese hábito y la ha priorizado, evitando el contacto con mujeres.
Muchas veces este trastorno se debe principalmente a un problema de personalidad, timidez y dificultad para vincularse con el otro sexo, más que a factores hormonales o genéticos.
En cuanto a la disfunción eréctil, puede aparecer también después de estar casados durante algunos años, y de haber sobrellevado una relación plagada de desavenencias y discusiones, de celos justificados o no, de desconfianza, de falta de atención y de respeto, de insultos e incluso de agresiones físicas.
A menos que se trate de una relación perversa, que es cuando las peleas son la única forma que tienen para comunicarse y para sentirse ambos atraídos sexualmente; una mala relación termina con el deseo sexual de ambos.
La gran mayoría de las mujeres fingen sentir placer e incluso los orgasmos, pero el hombre no puede fingir, el hombre tiene que cumplir.
El estrés es otra de las causas de disfunción eréctil, cuando el hombre gasta demasiada energía en el trabajo, duerme poco o cuando tiene que enfrentar problemas laborales que obligan a su mujer a sostener el hogar con sus propios ingresos.
Por ejemplo, el hombre que es despedido de su trabajo sufrirá seguramente un período de disfunción eréctil, dado que además del trabajo ha perdido su rol de sostenedor, que es lo que la sociedad espera de él, que le hace perder también su poder y su potencia sexual.
Cualquier otra situación que preocupe al hombre bastará para que su mente no pueda concentrarse y esté pensando en otra cosa mientras hace el amor, con las consiguientes dificultades para funcionar sexualmente, como resultado.
¿Por qué las mujeres muchas veces fingen sentir placer sexual e inclusive es habitual que no deseen tener relaciones sexuales? El motivo más común es que no disfrutan del sexo.
Aunque el sexo es la palabra más escrita y manoseada que existe, todavía existen muchos hombres que tienen sexo pero que no saben hacer el amor, y muchas mujeres que se callan porque temen que las consideren frígidas.
La eyaculación precoz más que un trastorno esporádico, es la regla en la mayoría de los hombres, de modo que las mujeres no pueden tener libertad para expresarse sexualmente para evitar que ellos eyaculen antes de la penetración. Porque las mujeres disfrutan más de las preliminares del sexo que de la penetración y además necesitan más tiempo para excitarse adecuadamente, sin embargo, pocos hombres están dispuestos a esperar y a hacer lo que deberían hacer, o sea, satisfacerlas como ellas quieren.
Lamentablemente, hablar de sexo todavía sigue siendo un tabú, incluso en la intimidad; y a las mujeres les resulta difícil aún hoy en día, expresar sus propias necesidades.
Si en el transcurso de la jornada la relación de una pareja ha estado tensa, es probable que el hombre olvide esos problemas en la cama, pero la mujer no, muchas veces negarse a tener sexo es la forma de vengarse de las afrentas, tal vez porque ellas priorizan más lo emocional y afectivo que el sexo.
Todo hombre que ama a una mujer debe comprender la psicología femenina porque resulta crucial para despertar su deseo sexual y porque además la excitación de la mujer es condición indispensable para que él pueda lograr una erección normal y una relación sexual satisfactoria
Malena
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Hola Malena, soy Julia. Mi marido tiene problemas de impotencia y en el mejor de los casos, eyaculación precoz desde que lo conocí, hace veintidós años. Hemos pasado muchos malos momentos, sobre todo yo, que tenía experiencias previas satisfactorias con otra persona. Durante muchos años no hemos tenido relaciones sexuales y cuando las hemos tenido han resultado dolorosísimas para mí. Por poner un ejemplo, te diré que me quedé embarazada de mi primera hija casi sin penetración y con una eyaculación precoz, tenía veintrés años. Ya no tuvimos más relaciones hasta pasados cuatro más, y volví a quedarme embarazada de mi segunda hija. Pasados los años, me cuesta muchísimo exponerme a estar con él, añadiéndose a ello otros problemas de relación, como el hecho de que hable muy poco conmigo. Hace dos años intenté separarme, pero finalmente no tuve fuerzas. Él es muy buen padre y muy buena persona, ha cubierto carencias familiares mías. Es increíble que personas como nosotros, con buen nivel cultural, social y económico, estemos viviendo esto. Hemos formado juntos una familia y tenemos una convivencia pacífica, aunque muchas veces me sienta como un sillón más. Esta situación me ha llevado a mucho sufrimiento personal, y físicamente he engordado mucho, buscando la satisfacción en la comida. Siempre que he pensado en el divorcio lo postergaba con excusas como esperaré a que mueran mis padres, a pagar la hipoteca, a que crezcan mis hijas... El tiempo va cumpliendo su designio y ya tengo cuarenta y tres años. Él para mí es mi familia, es un apoyo y también una losa. Por otro lado, durante todos estos años no he conseguido tampoco olvidar al que fue mi primera pareja, con quien estuve siete años, sueño mucho con él. No supe nada de esta persona en veinte años. Hace dos años lo volví a ver y me desequilibró este encuentro por completo. Sentí que no había pasado el tiempo, que lo seguía queriendo. Fue un reencuentro muy fuerte para ambos, pero estamos a mil kilómetros y cada uno tiene su vida; yo me volvi loca y él se retiró. Desde entonces estoy desequilibrada, ya no sé si amo a mi marido, si amo a mi primer amor, si tengo que divorciarme o seguir con mi vida familiar rutinaria. Sufro mucho por esta situación y soñar con mi ex no me ayuda. Mi marido tampoco es que luche mucho, aunque últimamente ha estado haciendo acopio de medicación para la impotencia, pero el pobre es tan torpe... se toma la pastilla y ya cree que tengo que estar lista y preparada para la penetración... Mi cuerpo lo rechaza, a veces me dan náuseas cuando intenta acercarse a mí en la cama... Se acerca porque sabe que peligra ya su cómoda vida y mi salud mental. Perdona la extensión. Agradecería mucho tu opinión Malena. Un saludo.
ResponderEliminarP.D. Soy Julia, de nuevo. Sólo apuntar que estoy luchando mucho por salvar mi matrimonio y le he expuesto a mi marido la necesidad que tengo de arreglar este problema para poder ser feliz. Asimismo, le he manifestado que puede hacerme feliz con otras técnicas, aún sin erección de él (aunque me resulte duro). Me cuesta mucho exponerme al sexo, porque tengo ya muchas secuelas después de tantos fracasos, pero aún así, he intentado dejarme llevar y obviar su problema. Pero él no es tan generoso como yo necesitaría, necesito más dedicación y tiempo, no soy rápida después de lo vivido y él se cansa. Hace unos meses me dijo con desprecio que yo me ponía a recibir sin dar... Ahora cuando me busca rechazo el encuentro, pero sé que es por miedo al dolor por las experiencias vividas, no porque yo no tenga ganas, pues la verdad es que tengo verdadera necesidad.
ResponderEliminarHe tenido oportunidades con otros hombres y no he querido, siempre he sido fiel a mi marido, excepto por los pensamientos que me llevan a mi pasado y los que tuve al enfrentar a mi ex.
Espero tu consejo y ayuda.
Hola Julia, las relaciones sexuales en una pareja son importantes. Aunque no sean perfectas, lo importante es que haya conexión y que cada uno tenga satisfacción en el acto sexual. Si Uds. están bien económicamente podrían intentar una terapia sexual, porque es evidente que no hablan entre ustedes ni se dicen lo que cada uno necesita.
ResponderEliminarAntes de tomar decisiones drásticas lo mejor sería intentar aprender a relacionarse sexualmente.
22 años son muchos y cuando los hijos crecen tu marido es lo único que te queda.
saludos, malena
Hola Julia,
ResponderEliminarEs cierto que las mujeres esperan todo del hombre, pero eso es cosa de otra época, ahora las mujeres se atreven a tener un rol más activo en las relaciones sexuales y esa actitud podría revertir su impotencia.
Pero si sientes rechazo y no lo soportas, todo intento te resultará muy difícil. saludos, malena
muchas gracias Malena. Cuando lo conocí pensé que su problema se lo quitaba yo en tres tardes, yo era muy activa, he hecho de todo, desde muchas perspectivas. Mi comportamiento actual es consecuencia del sufrimiento. En fin... sería bueno renunciar de una vez por todas al sexo ya que no lo tengo y sólo por sexo no voy a irme con otro hombre.
ResponderEliminarHola Malena:
ResponderEliminarSoy Julia, la de los anteriores comentarios. Ha pasado un año más y nada ha cambiado, salvo que se ha instalado el silencio entre nosotros. Antes yo hablaba muchísimo con él, de todos los temas, y también del nuestro. Él nunca ha querido hablar. Comencé a ir yo a terapia psicológica. He aprendido a darme cuenta de lo mucho que lo quiero y he querido, y también a darmen cuenta de la rabia que acumulo. Por su parte, lo veo inmóvil. El tiempo que tiene libre lo dedica a la lectura y al cine, por lo que prácticamente ya no hay comunicación entre los dos. Yo ya he dejado de quejarme y de mendigar. Y aunque la tristeza me puede cuando estoy en casa, estoy intentando hacer cosas para mí, como salir a hacer ejercicio al aire libre. Es dura esta situación. Si realmente no necesitaba sexo conmigo en la juventud, ahora menos... Yo no sólo necesito sexo, sino manifestación de afecto, complicidad, cercanía, diálogo... Me siento muy sola con él y he descubierto en la terapia el miedo atroz que tengo a la soledad. Mis hijas tienen 20 y 16 años. La mayor está estudiando este año en el extranjero y la pequeña es testigo de estos prolongados silencios y esta falta de alegría en el hogar. Me gustaría conocer su opinión como psicóloga, como mujer, como persona con experiencia en la vida...
Me gustaria añadir que trato de romper la monotonía con salidas a cenar, con viajes de ida y vuelta el fin de semana... pero la losa continúa ahí...
ResponderEliminarHola Julia, estoy leyendo sobre un curso de milagros que realmente puede ser muy aleccionador para muchas personas que no disfrutan su vida y que suelen proyectar en sus parejas su propia falta de entusiasmo.
ResponderEliminarEn este curso dicen que ante todo hay que estar agradecida por todo lo que uno tiene en la vida que es mucho, y luego, por ejemplo en tu caso, pensar qué es lo que estás haciendo tu por ti misma además de esperar que tu marido te hable.
El problema básico es que la mayoría de la gente no sabe muy bien lo que quiere y entonces se aferran al pasado o a otras personas. De esa forma no pueden darse cuenta de la felicidad que deberían experimentar por lo valioso de todo lo que las rodea y de la enorme cantidad de posibilidades que tienen y que no advierten, empecinadas a que todo sea como antes.
Dos personas se pueden llevar muy bien sin hablar demasiado y sin tener sexo, principalmente si pasaron muchos años juntos.
Diría que nadie se da cuenta que esa es la etapa más feliz de la vida porque uno puede hacer todo lo que quiere, ya no hay chicos que criar ni trabas ni celos ni tampoco hay que que tener que dar tantas explicaciones cuando uno sale por su cuenta.
Es la oportunidad del desarrollo personal, la edad de la cultura como bien dice Jung.
No te aferres al pasado ni busques soluciones que ya no te sirven, atrévete a ser libre y vivir cada etapa de la vida intensamente dejando el pasado atrás. Y no te olvides de agradecer todo, como poder levantarte a la mañana, tener salud, alimentos, agua, electricidad, amistades, familia etc. El curso de milagros dice que todo lo que se agradece aumenta en proporciones gigantescas. saludos, malena
Muchas gracias. Mucho por crecer aún.
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