La Flexibilidad


La flexibilidad es la disposición para adaptarse a las circunstancias y la fortaleza para enfrentar la adversidad sin quebrarse.

Todos pasamos por las mismas experiencias, pero la diferencia no es lo que nos pasa sino cómo vivimos lo que nos pasa.

Vivimos con la ilusión de eternidad y del no cambio, cuando la realidad de la vida es que tiene un principio y un fin y su principal característica es el cambio.

Sin embargo, a todos nos cuesta aceptar y entender la diversidad y nos empeñamos en creer que podemos evitarla.

Las cosas son como son, no como queremos que sean y no es mucho lo que podemos hacer para cambiarlas.

La persona flexible es como el junco que se dobla pero jamás puede romperlo una tormenta; son los árboles más sólidos los que pueden colapsar por ser más rígidos.

Solamente la flexibilidad hace posible superar las situaciones traumáticas y seguir viviendo.

La flexibilidad es una virtud, porque nos permite ver el otro lado de las cosas y nos ayuda a no aferrarnos a nada.

La rigidez, en cambio, no nos deja ver otra perspectiva ni cambiar nada; porque significa adoptar una postura y no apartarse de ella sin considerar las circunstancias. La rigidez nos impide renunciar a nuestros ideales y ver la realidad que está frente a nosotros.

La rigidez también la expresa el cuerpo con contracturas, dolor en las articulaciones, dificultad para avanzar en la vida por miedo al cambio.

Todo lo que es rígido en la vida alguna vez se desmorona, porque las estructuras más firmes se quiebran y hasta lo más sólido se puede disolver como la arena.

Los dolores en la columna y en el cuello son la consecuencia de las pesadas mochilas que llevamos puestas, cargadas de mandatos internos, falsas expectativas, relaciones tortuosas, ideas preconcebidas, posturas rígidas.

Ahora sabemos que hasta las neuronas de nuestro cerebro son flexibles, que es la neuroplasticidad la que nos permite seguir aprendiendo, más allá de la edad, los factores genéticos, el ambiente y la experiencia.

Para lograr la flexibilidad hay que abandonar el control, desprenderse de la ilusión de que podemos controlar todo y no resistirse más, rendirse y ser capaz de entregarse a lo que Es.

Malena