Neurosis de Fracaso


El Psicoanálisis, cuando se refiere a la neurosis de fracaso, la considera un desequilibrio neurótico y no un trastorno que surge como consecuencia de un fracaso real.

La neurosis de fracaso describe una estructura psicológica que presentan muchos individuos que parecen empeñarse en ser los artífices de su propia desgracia y que no pueden tolerar lograr conseguir justo lo que más desean.

La neurosis de fracaso es un concepto aportado por René Laforgue, que se dedicó a investigar exhaustivamente los mecanismos de autocastigo, la psicopatología del fracaso y las funciones del Superyo que son la autoobservación, la formación de ideales y la conciencia moral.

René Laforgue pudo observar esta tendencia al fracaso tanto en la vida afectiva como en la social, en un individuo y también en un grupo social, que puede ser una clase, una raza o una familia, considerando la acción del superyó un factor común en todos ellos.

Desde el punto de vista general, el fracaso representa una limitación de las posibilidades que tiene un sujeto, el bloqueo parcial de su energía y en definitiva es el precio que paga por su neurosis. Pero sólo se considera neurosis de fracaso cuando éste no es producto del síntoma, como ocurre en el fóbico en su afán por protegerse, sino cuando el fracaso es el síntoma mismo.

Freud ya había notado la existencia de estos individuos que ante el éxito fracasan como autocastigo, pero desarrolla este concepto de una manera más reducida que Laforgue.

Estos individuos llegan a un punto en que no pueden tolerar la gratificación externa porque le desencadena una frustración interna, probablemente debido a un deseo inconsciente; lo que lo obliga a negarse a sí mismo dicha satisfacción.

En la neurosis de destino, Freud describe una forma de vida que se caracteriza por la repetición periódica de los acontecimientos, por lo general desgraciados, que parecen producto de una fatalidad externa, aunque según el Psicoanálisis se trata de un fenómeno inconsciente que es la compulsión a la repetición.

De acuerdo a este concepto y en un sentido más amplio, la historia de la vida de un sujeto estaría planificada de antemano por él mismo, al actuar en forma recurrente siempre de la misma forma.

Estas conductas se repiten aún siendo aparentemente displacenteras para el individuo y se desarrollan a lo largo de muchos años siempre de la misma manera provocando una serie de acontecimientos ingratos que aparecen como fatalidades externas y que lo transforman en una víctima.

Malena
Fuente: “Diccionario de Psicoanálisis”; Laplanche y Pontalis.