La Percepción del tiempo



Según las situaciones emocionales que experimentamos y con quienes estamos, el tiempo parece pasar velozmente o detenerse.

Es cierto que no percibimos de la misma manera el tiempo que pasamos con el dentista que con la pareja que amamos y es verdad, las horas parecen no pasar nunca cuando estamos en una sala de espera y volar cuando nos divertimos.

Nuestro reloj interno se acelera cuando tenemos que actuar con rapidez, o cuando se produce una circunstancia que requiere nuestra urgente cooperación y también los estados de ánimo influyen para acelerarlo o hacerlo más lento.

Las emociones son las que determinan nuestro sentido del tiempo.

Los seres humanos sobrestiman el paso del tiempo cuando tienen miedo o sufren estrés,  porque el miedo acelera el cronómetro interno para asegurar la supervivencia..

El miedo produce reacciones fisiológicas que liberan dopamina en el cerebro la cual acelera el reloj interno, para facilitar la adaptación del organismo al medio físico y social.

Los sujetos que manifiestan mayor empatía con los demás, o sea que se ponen con mayor facilidad en el lugar del oro,  son más sensibles a sus expresiones faciales,  lo que influye en su percepción del tiempo.

Estas personas se mimetizan con el sentimiento que el otro experimenta, lo que le permite sincronizar sus ritmos y optimizar su interacción.

Pero las emociones no siempre influyen de la misma manera porque ante una persona triste nuestro reloj interno se puede acelerar para poder asistirlo con toda rapidez pero también se puede hacer más lento cuando nos mimetizamos con su tristeza.

De la misma forma, en los momentos felices, el tiempo parece más corto porque no prestamos atención al paso de las horas, en tanto que cuando estamos aburridos los minutos parecen horas.

A través de las imágenes cerebrales se puede observar cómo percibimos el tiempo.

El tiempo es una dimensión muy importante de nuestras percepciones y de nuestro accionar, pero no pertenece a ninguno de nuestros sentidos, ya que no se puede considerar un estímulo propiamente dicho.  Entonces, ¿dónde se percibe el tiempo y dónde se encuentra el reloj interno?

Algunos científicos sostienen que se localizaría en el cerebelo o en el cuerpo estriado pero otros suponen que podría estar distribuido a través de redes neuronales en todo el cerebro.

Por ahora, sólo sabemos que el componente subjetivo desempeña una importante función en la percepción del tiempo ya que depende de la experiencia pasada, de los recuerdo y también de la edad del sujeto.

Malena
Fuente: “Mente y Cerebro”; No.51; “Las emociones marcan el sentido del tiempo”; Sandrine Gil, investigadora de la Universidad Blaise Pascal y Sylvie Droit-Volet, profesora de psicología de la misma universidad.