Para
tener un cuerpo sano y una mente fresca y atenta es necesario mantener el
equilibrio emocional, porque la base de la salud física es aprender a manejar
adecuadamente nuestros sentimientos.
No
saber expresar ni controlar las emociones llega a alterar el humor, el carácter
y las funciones de los órganos.
Cuando
se pierde el humor cambia la expresión del rostro y el modo de comportarse con
a los demás, el carácter se vuelve iracundo y áspero y las funciones de los
órganos pierden su armonía y equilibrio; y una vez que estas funciones se
alteran, los órganos se enferman.
Emociones como el miedo, la ira, el odio, el amor, el resentimiento y el rencor; que no se exteriorizan pueden causar enfermedades graves.
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los sentimientos puede producir gastritis, úlceras, dolores articulares,
ataques de asma, problemas en la piel, caída del cabello, etc., y puede exponer
a una persona a otras enfermedades oportunistas.
A
veces nos quedamos estancados en nuestras preocupaciones y dudas y no nos
atrevemos a tomar decisiones. La duda
produce confusión y malestar y no nos deja avanzar y nuestros órganos sufren
las consecuencias.
Tomar
una decisión es difícil, porque nos obliga a optar por una de las alternativas
y renunciar a otra.
Es
inevitable descartar lo que no se elige para siempre, pero si no se está dispuesto
a aceptar esta ineludible condición, se está condenado a permanecer en la
indecisión y a sufrir angustia y ansiedad.
Dejar
asuntos sin resolver nos enferma, porque estos problemas no resueltos
involucran sentimientos que nos encadenan al pasado.
Estas
cuestiones pueden referirse a situaciones de pareja indefinidas, costumbres que
deseamos erradicar, hábitos que nos perjudican, influencias familiares que nos
acosan, trabajos indeseables, y circunstancias fortuitas que nos hacen sentir atados.
Estos
temas pendientes permanecen en nuestra mente y dan origen a diálogos internos que dificultan nuestra
atención y nuestro rendimiento.
El
diálogo interno es una conversación consigo mismo analizando los asuntos que
preocupan y contemplando toda la gama de posibilidades existentes, lo que genera un estado
perpetuo de preocupación y ansiedad, generalmente por cosas que jamás ocurrirán.
El
perdón es lo que nos permite terminar definitivamente con todas nuestras deudas
emocionales y nos deja vivir en paz. El
perdón es el que nos libera de la pesada carga que produce la culpa; porque
todo sentimiento hostil hacia otro produce culpa.
Para
aprender a tomar decisiones es necesario utilizar ideas nuevas, ser creativo y dejar de lado para siempre las antiguas formas que se tenían de enfrentar los
hechos.
Es
necesario desarrollar la creatividad para ponerla al servicio del bienestar
emocional; cambiar de punto de vista y de estilo y no tomarse la vida tan en
serio.
Cuando una persona se obsesiona con un problema, éste termina agudizándose, complicándose y
convirtiéndose en un obstáculo para poder disfrutar de la vida.
La
salud comienza con el logro del equilibrio emocional.
Malena
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