El Complejo de Edipo, la culpa y el delito




Como en la historia de Edipo Rey, el complejo de Edipo, en su forma positiva,  expresa el deseo de muerte del personaje del mismo sexo, que representa el rival y el deseo sexual hacia el personaje del sexo opuesto;  mientras en su forma negativa se presenta a la inversa.

Según Freud, el Complejo de Edipo se vive entre los tres y los cinco años, fase llamada fálica; y se reactiva en la pubertad, etapa en la que se manifiesta más claramente, superándose en seguida en mayor o menor grado y dando lugar a una determinada forma de elección de objeto sexual.

La elaboración de este complejo tiene una gran importancia en la estructura de la personalidad, o sea sobre la constitución de las tres instancias del aparato psíquico (el Yo, el Superyo y el Ello) en especial sobre el Superyo y el ideal del Yo; y en la orientación sexual humana; siendo su planteamiento y resolución el principal centro de referencia de la Psicopatología.

Si el Yo no logra superar el Complejo de Edipo, en el caso ideal destruyéndolo o suprimiéndolo y en cambio lo reprime, éste permanecerá en el Ello en estado inconsciente y más tarde manifestará su acción patógena.

El Complejo de Edipo no se debe solamente a la influencia que ejercen los padres sino también a la prohibición del incesto que es la representación de la fuerza de la ley.

El Superyo, que es el heredero del complejo de Edipo, es la instancia de la personalidad que se forma cuando se internalizan las exigencias y prohibiciones de los padres; y su función es la de un juez o sensor con respecto al Yo, o sea, la conciencia moral, la auto observación y la formación de ideales.

El Superyo se puede considerar que es la identificación exitosa con la instancia parental, no con personas, sino con la imagen del superyó de los padres, o sea con lo que quieren o hubieran querido ser.

Los delincuentes por sentimientos de culpa realizan actos ilícitos principalmente porque están prohibidos y porque esta práctica además le reporta un alivio psíquico al individuo atormentado.

Este sentimiento de culpa proviene del complejo de Edipo y representa una reacción a la intención criminal de matar al padre y de poseer a la madre.

Estos dos grandes principales delitos de los hombres fueron los únicos condenados como tales en las sociedades primitivas; y permiten inferir la hipótesis de que el Complejo de Edipo es la fuente de donde la humanidad desarrolló la conciencia moral.

El Complejo de Edipo es universal, se da en todas las culturas, incluso en aquellas donde no predomina la organización familiar conyugal y todo ser humano tiene la tarea de dominar el complejo de Edipo.

Malena

Fuente: “Diccionario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalís; “Los delincuentes por sentimiento de culpabilidad”; Obras Completas; Sigmund Freud; Tomo III.